20 oct 2013

Gardel y el lunfardo

PALMERA:

Estando en New York Carlitos, le escribe una carta a su amigo Carlos Muñoz (Carlos de la Púa), el día 10 de marzo de 1935. Entre otras cosas le comenta que no ve la hora de volver a Buenos Aires para juntarse con sus amigos, para compartir un copetín, un cuento, un tango, una fija y una "palmera"… Gardel usaba la expresión Palmera en el sentido que le daban en los ambientes turfísticos.

     Palmera significaba perder una fuerte suma de dinero en las carreras de caballos, y por extensión era sinónimo de ruina económica.


     "Estar palmera" alude a estar sin dinero, caer en la banca rota, en la ruina económica. Deriva del lunfardo "Estar bajo la palmera" es decir, viviendo en la indigencia, sin ningún bien material.     Tiene el mismo sentido que se le da a la expresión "estar en la parra"; en este caso se hace referencia a la pobreza de Adán y Eva, que al ser expulsados del Paraíso como única posesión tenían una hoja de parra que cubría sus cuerpos desnudos.      También es el mismo sentido de la expresión lunfarda "estar en la vía"; o "estar en Pampa y la vía"; sucede que en el cruce de la calle La Pampa con las vías del ferrocarril Mitre, frente de las Barrancas del barrio de Belgrano, funcionaba un servicio de tranvías gratuitos, que costeaba el propio hipódromo, para llevar a los apostadores que habían perdido hasta la última moneda y ofrecerles así una chance de regresar a sus casas.     En los tangos turfísticos se utilizó mucho el término "Palmera" tanto en el sentido de perder una apuesta como en el de quedarse en la ruina económica.
He aquí algunos ejemplos:

LA CATEDRÁTICA
Letra y música : Francisco Martino

Aunque hay mucha mishiadura
Yo manyo un gran movimiento,
Hay que ver en las carreras
El afano y las palmeras,
El afano y las palmeras
Y de dónde sale el vento.


SOY UNA FIERA
Letra de Francisco Martino

Y aunque pa'jugarme el bento,
bien rumbeao, soy una fiera,
con tono y gran cartusa,
siempre salgo en la palmera.

Ambas canciones fueron llevadas al disco por Gardel.

Otros ejemplos:

LOS BURROS
Letra de Enrique Delfino
Música de José Eneas Riú
Tango
Cantado por Ignacio Corsini.

Después por la avenida, los patos y palmeras
en medio de un silencio que sigue a la emoción
pisando van contritos programas de carreras
mientras las hojas caen como una decepción...


MALA PATA
Tango
Musica: Francisco De Caro
Letra: Pedro Lauga

¡Levantate más temprano!
Y trenzate mano a mano
con la cruel “vidastra”.
Que el que juega a las carreras
está siempre en la palmera,
y raspando “lastra”.


BERRETINES
Tango
Música: Pedro Maffia
Letra: Ivo Pelay

¡Sos burrero y no hay que hacerle!...
¡Sos burrero ... y nada más!
La vivís de la esperanza
y palmera siempre estás.

© Marcelo O. Martínez - Todos los derechos reservados. 

2 ene 2013

LA CANCIÓN DE USHUAIA Al pie de la Santa Cruz




Varias canciones gardelianas se refieren a la cárcel. ¿Estuvo el cantor en el presidio de Ushuaia? ¿Mito o realidad? Analizamos aquí la información disponible a día de hoy, a favor y en contra de esta posibilidad.
Por Marcelo O. Martínez.


Nota: las imágenes se amplían haciendo clic sobre las mismas.

Lectura rápida: los textos resaltados en negritas resumen las ideas principales.


AL PIE DE LA SANTA CRUZ Tango.

VERSIÓN 1 (inédita): Voz: Carlos Gardel. Acompañamiento: Guillermo Desiderio Barbieri, Ángel Domingo Riverol, Horacio Pettorossi, Domingo Julio Vivas (guitarras).  Matriz Nº 7539.  Sello Editor: Odeón Argentina. Fecha de grabación: 18 septiembre 1933. Lugar: Buenos Aires (Argentina). Total de maquetas grabadas: 3. Publicadas: 1 (2º versión). Música: Enrique Pedro Delfino. Seudónimo: Delfy, Rock y Dreyfus (15 de noviembre de 1895 - 10 de enero de 1967) (del mismo autor Gardel grabó "Aquel tapado de armiño" (Romero), "¡Araca, corazón!" (Vacarezza), "¡Araca, la cana!" (Rada), "Dicen que dicen" (Ballestero), "Estampilla" (Romero), "Francesita" (Vacarezza), "Griseta" (González Castillo), "Haragán" (Romero), "La copa del olvido" (Vacarezza),"Milonguita" (Linning), "Muñequita de lujo" (Córdoba), "No le digas que la quiero" (Vacarezza), "Otario que andás penando" (Vacarezza), "Padre Nuestro" (Vacarezza), "Padrino Pelao" (Cantuarias), "Palermo" (Villalba-Braga), "Porotita" (Viérgol), "El Rey del Cabaret" (Romero), "Talán, Talán" (Vacarezza), "¿Se acuerdan, muchachos?" (Suero), tangos; "¡Adiós que te vaya bien! (Vacarezza), "Co-Co-Ro-Có" (Tagle Lara), "Tucumana" (Navarrine), zambas; "Sevilla" (Moreno), paso doble; "Eche otra caña pulpero!" (Vacarezza), estilo.). Letra: Mario Zoppi Battistella. Seudónimo: A. Wood (5 de noviembre de 1893 - 10 de octubre de 1968) (del mismo autor Gardel grabó: "Melodía de Arrabal", "Me da pena Confesarlo", "Estudiante", "Cuando tú no Estás", "Mañanita de Sol", "Criollita de mis Amores", "Desdén", "Sueño Querido", "Vals de Las Guitarras", compuestas en colaboración con Carlos Gardel, Alfredo Le Pera, Marcel Lattés y Angel Maffia). Título registrado en SADAIC, el 24/04/1946, Expediente Nº 81- | ISWC T-037000082-0

 Para escuchar audio hacer clic en triángulo central (PLAY).

VERSIÓN 2 (publicada): Voz: Carlos Gardel. Acompañamiento: Guillermo Desiderio Barbieri, Ángel Domingo Riverol, Horacio Pettorossi, Domingo Julio Vivas (guitarras). Disco: Nº18896. Lado: A. Matriz: Nº 7539 1. Sello Editor: Odeón Argentina. Matriz: Nº 7539 1. Fecha de grabación: 18 septiembre 1933. Lugar: Buenos Aires (Argentina). Total de maquetas grabadas: 3. Publicadas: 1 (2º versión). 


Letra original                                                                                  Modificaciones de Gardel

AL PIE DE LA SANTA CRUZ (Tango)




                    I PARTE

          Declaran la huelga,

          hay hambre en las casas,

          es mucho el trabajo

          y poco el jornal;

          y en ese entrevero

          de lucha sangrienta            v2 [luchas sangrientas]

          se venga de un hombre

          la ley patronal;

          los viejos no saben

          que lo condenaron

          pues miente piadosa

          su pobre mujer;

          quizás un milagro

          le lleve el indulto

          y vuelva en su casa

          la dicha de ayer.



                     (REFRÁN)

          Mientras tanto,

          al pie de la Santa Cruz

          una anciana desolada

          llorando implora a Jesús:

          –"Por tus llagas que son santas,

          por mi pena y mi dolor,

          ten piedad de nuestro hijo.

          ¡Protégelo, Señor!"–

          Y el anciano, 

          que no sabe ya rezar,

          con acento tembloroso

          también protesta a la par:

          –"¿Qué mal te hicimos nosotros

          pa' darnos tanto dolor?"–.

          Y a su vez dice la anciana:

          –"¡Protégelo, Señor!"–.



                        I PARTE (BIS)

          Los pies engrillados,

          cruzó la planchada...

          La esposa lo mira,

          quisiera gritar,

           y el pibe inocente

          que lleva en los brazos

          le dice llorando:

          –"Yo quiero a papá"–.

          Largaron amarras

          y el último cabo

          vibró, al desprenderse,

          en todo su ser;

          se pierde de vista

          la nave maldita

          y cae desmayada

          la pobre mujer.



                          v2 [Mientras tanto,

                             al pie de la Santa Cruz

                             una anciana desolada

                             llorando implora a Jesús:

                             –"¿Qué mal te hicimos nosotros

                             pa' darnos tanto dolor?

                             Ten piedad de nuestro hijo.

                             ¡Protégelo, Señor!"–]

La libertad detrás de las rejas: "¡Si las montañas de Ushuaia no fueran tan altas!"
La nave maldita

         "Al pie de la Santa Cruz" nació como reflejo del deterioro socio-económico sufrido por Argentina tras el crack financiero del '30. Denuncia la brutal represión del gobierno de facto del General Uriburu, que ordenaba sofocar las protestas a base de fusilamientos, encarcelaciones masivas, deportaciones hacia la lejana Ushuaia. 


         La letra es explícita aunque deja espacio para la alegoría poética, sugiriendo desde el título el padecimiento de Jesucristo. «Santa Cruz» es a su vez el nombre de una nave-prisión de la armada al pie de la cual, desde el muelle, una familia deshecha en llanto ve partir al ser querido hacia su calvario.


         «Traslados se los llama. En la Penitenciaría Nacional se sabe que el castigo más temido es que a uno lo trasladen a “La Tierra”. Después de una revisación médica y la cena, se informa a los presos quiénes serán trasladados al presidio de Ushuaia. En la mañana tienen que juntar sus cosas, someterlas a inspección y después son engrilletados con unas barras de acero que no permiten avanzar más de quince centímetros. Al rato los condenados no sólo tienen despellejados los tobillos. También el alma» (Guillermo Saccomanno, 2008). 

        La canción pronto se convirtió en un alegato contra todas las injusticias y los abusos de poder en cualquier época y lugar, por eso sufrió la censura en múltiples países. En otros casos, la letra fue desvirtuada por completo. Como muestra tenemos la versión de Alfredo De Angelis –grabada el 23 de diciembre de 1949– donde se vió obligado a modificar los ocho primeros versos, quitando su contenido social. Carlos Dante la canta así:

          Estaban de fiesta,
          corría la caña
          y en medio del baile
          la gresca se armó.
          Y en ese entrevero
          de mozos compadres
          un naipe marcado
          su audacia pagó.


      La modificación pone de relieve las bondades represivas del Sistema que limpia las calles de chusma peligrosa, con la eficacia e inmediatez que sugiere la alterada frase final:


          se pierde de vista / la nave al instante.


Baty Gardel

        Enrique Delfino compuso la melodía de "Al pie de la Santa Cruz" sobre letra de Mario Zoppi Battes Stella, conocido como Battistella, o Baty (1)

        
Gardel fue el primero en grabarla, el 18 de septiembre de 1933. Poco después, 11 de octubre, vendría la versión de Alberto Gómez, que respeta por completo al original.

        
Battistella y Gardel habían trabajado juntos en Europa legando una serie de piezas esenciales en la discografía del Zorzal. Excepto la primera, "Sueño querido" (23/07/32), las demás fueron hechas en coautoría. Ellas son:
"Melodía de arrabal" (25/01/33),
"Criollita de mis amores(15/02/33),  
"Me da pena confesarlo(15/02/33),
"Desdén(17/03/33),
"Estudiante(17/03/33),
"Cuando tú no estás" (17/03/33), 
 "Mañanita de sol" (26/09/33).

        Son obras maestras. Pero aún grabarían dos canciones más, ahora en Argentina. Cuando Mario Battistella regresó desde Barcelona –arribando la medianoche tormentosa del 30 de junio de 1933, a bordo del SS Conte Biancamano– Gardel aprovechó para convocarle, y volvieron a trabajar juntos en nuevas creaciones.

        El 18 de septiembre registraron "Al pie de la Santa Cruz" y "Medallita de la suerte". Ambas tienen una historia que contarnos.
 

          Gardel había compuesto un tango instrumental hacía muchos años, titulado "Mi Alhaja" o "Mon bijou", y pidió al bate que le agregara una letra, convirtiéndose así en "Medallita de la suerte"

          "Mi Alhaja" era en realidad una adaptación rítmica del bambuco colombiano "Mis Perros", que Razzano y el Morocho habían inscripto a su nombre en 1918. Tenía un significado muy especial pues está dedicada a una bailarina de varieté de origen francés llamada Mary Lehar (según José Le Pera, hermano de Alfredo, el nombre real sería Marie Dehar) que actuaba en el "Café Tupí Nambá" de Montevideo. Al conocerla Gardel se enamoró y en su homenaje compuso "Mon Bijou" que era el apodo cariñoso que le había dado. Roberto Firpo se encargó de los arreglos orquestales y la estrenó a mediados de febrero de 1921 en Montevideo, con gran éxito.

            Lo curioso es que los ex amantes se volverían a reencontrar en New York, en 1934, y en Bogotá, en 1935. La inquieta francesita le llevó a recorrer los jardines y parques de la capital colombiana, y ascender hasta el Montserrat usando el funicular (a pesar del terror que el varón tenía por las alturas) culminando con un almuerzo campestre. La noche del 23 de junio, se reunieron en un restaurante de comida francesa de la ciudad de Medellín. Por la mañana ella se presentó en el aeropuerto para despedirle. Los suyos son los últimos besos que recibió Gardel.

         Pareciera como si el cantor supiese que volvería a reencontrarse con Mary en tierras tan lejanas, y por ello, antes de emprender el viaje, rescató aquella olvidada canción, solicitando a Battistella añadir letra a "Mon Bijou", y así nació "Medallita de la suerte". Pero llevaban unos versos premonitorios: 

          Fuiste para mí canción de cuna,
          en mis noches blanca luna,
          flor del aire en mi camino,
          esperanza en mi destino
          y serás en mi partida
          la canción de despedida,
          cuando a todo diga adiós.

         Había otra grabación prevista, autoría de Gardel, Battistella y Le Pera: el vals "Debilidad" o "Faiblesse". Ya Battistella se había hecho mucha mala sangre cuando su composición quedó fuera de las grabaciones con la orquesta de Kalikian Gregor, hechas entre el 21 y el 23 de septiembre del '31. El bate era insistente y temperamental, lograba fastidiar a quienes le rodeaban (El Morocho lo había bautizado "Estampilla", porque era difícil quitárselo de encima) y se había encarado de malas maneras con Gregor, pero el húngaro se defendió aduciendo carecer de la partitura con los correspondientes arreglos orquestales y sin ella se veía impedido de realizar la musicalización. De modo que el "cargoso" autor estaba convencido que esta vez sí se registraría "Faiblesse", aunque sea con cuarteto de guitarras. Sin embargo el vals fue descartado una vez más. Al parecer era Gardel quien carecía de interés por esta composición, aunque también haya participado de su autoría.

           Como vemos, todas las composiciones citadas, incluso la descartada, fueron creadas con la participación directa de Gardel. Por tanto, es lógico suponer que "Al pie de la Santa Cruz" haya surgido de igual modo que las demás. Según Battistella, el tango refiere a la represión de las revueltas Yrigoyenistas. Siendo que vivió en Europa: ¿qué o quién pudo inspirarlo a escribir sobre acontecimientos tan lejanos para él, en espacio y tiempo? Creemos que la respuesta más obvia es: Gardel.

         Tal convicción se acentúa al descubrir que la nave mencionada en la historia, la «Santa Cruz», existió en verdad y fue usada una sola vez como transporte de prisioneros a Ushuaia, en 1905 (ver nota 2). En ella estuvo alojado el militar Eduardo Villanova, quien se había reunido con el popular artista apenas unos días antes de la grabación de "Al pie de la Santa Cruz".
Oficiales detenidos en la cubierta del barco-prisión «Santa Cruz» tal como puede leerse en el epígrafe original. Eduardo Villanova aparece en el centro de la imagen, entre los hombres que están de pie, a la derecha del personaje que lleva traje y sombrero blancos. (Foto publicada en Revista Caras y Caretas, febrero 1905.)
         La letra encaja a la perfección con la historia sufrida por el susodicho militar y sus compañeros de armas. Desde un punto de vista estilístico puede alegarse cierta inspiración con los poemas de la italiana Ada Negri, pero al basarse en hechos reales sintetiza tanta fuerza, reflejando la injusticia social, angustia individual y colectiva, sufrida por prisionero y entorno familiar. Contundentes denuncias sonoras y una clara toma de postura.

         Los dramáticos sucesos de principios de siglo cobraban nueva vigencia en 1933 debido a los encarcelamientos masivos que estaba llevando a cabo la dictadura del General Uriburu, unidos a la desocupación, miseria, desesperanza, fruto de la crisis económica. La gente se identificaba con letras amargas, que fueron llevadas al disco por Gardel —"Pan", "Yira, yira", "Acquaforte", "Al mundo le falta un tornillo"—; o por otros cantantes —"Temporal", "¿Qué sapa, Señor?", "¿Dónde hay un mango?"—.

          Siendo bastante evidente la intervención de Gardel en la creación de "Al pie de la Santa Cruz" la pregunta es: ¿porqué habrá querido ocultar su autoría? ¿Porqué se ha excluido? Una de las posibles respuestas, tal como analizaremos, es que esa letra pudiera estar demasiado anexada a experiencias de su pasado que prefería dejar enterradas.

Camisa de once varas

         La génesis de "Al pie de la Santa Cruz" y la posible vinculación con Villanova, nos lleva a detenernos en la confesión del teniente, el cual aseguraba que conoció al artista de joven, en el barco que los trajo de regreso desde la prisión del Fin del Mundo. Durante el largo viaje compartieron cantos y payadas y al arribar conservó de él una postal firmada junto a otros compañeros.
Oficiales a bordo del transporte «Santa Cruz», donde se hallaban los detenidos políticos.
(Foto publicada en Revista Caras y Caretas, febrero 1905.)
        Investigaremos los pormenores de la anécdota, en paralelo a otras referencias que han surgido con respecto al "mito" del Gardel prisionero.  

        Contrastaremos datos con el mayor rigor que nos sea posible, superando prejuicios, siguiendo las pistas dejadas por antiguos testimonios, y documentos nuevos. Sabemos que nos metemos en camisa de once varas (negras y amarillas) que pueden herir susceptibilidades, pero queremos ayudar a desentrañar este misterio.  ¿Nos acompañas en esta embarcación hacia el pasado?...
Familiares despidiendo a las embarcaciones que llevaban prisioneros hacia
Ushuaia, tras la fallida revolución de 1905 en la que participó Villanova.

Escribe versos, compone estilos

         Los creadores suelen tomar vivencias personales, o cercanas, como materia de inspiración. L
as referencias a la cárcel, incluso al presidio del Sur, aparecen a lo largo de la discografía del Zorzal. En 1923 grabó un tango de su propia autoría: "Amor perdido". Allí narra las penurias de un joven del arrabal cantor, guitarrero, compositor de música criolla. Un duelo de sangre por una mujer hace que sea encarcelado en la gélida prisión; inhóspito sitio donde la poesía y la música se convierten en único refugio.


         La composición nunca se registró en SADAIC, aunque suele citarse como creación de Eduardo Bonessi, maestro de música; empero el profesor dejó bien claro que él compuso la melodía mientras que el texto era un aporte del cantor, escrito tal vez con ayuda de Razzano (3).

AMOR PERDIDO Tango.


VERSIÓN Única: Voz: Carlos Gardel. Acompañamiento: Guillermo Desiderio Barbieri y José María Aquilar (guitarras). Sello Editor: Odeón Argentina. Disco: Nº 18084. Lado: B. Matriz: Nº 1568.  Fecha de grabación: 1923. Lugar: Buenos Aires (Argentina). Total de maquetas grabadas: 1. Publicadas: 1. Sistema de grabación: Mecánico. Música: Eduardo Bonessi (1 de diciembre de 1897 - 2 de octubre de 19koml,81). Del mismo autor Gardel grabó: "De flor en flor", tango (letra de Domingo Gallicchio) "Echaste buena", tango (Enrique Dizeo) y "Matála", tango (Julio Bonett). Letra: Eduardo Bonessi y Carlos Gardel (posible colaboración de José Razzano). Título sin registrar en SADAIC.



Para escuchar audio hacer clic en triángulo central (PLAY).


Letra original                                                                                  Modificaciones de Gardel

AMOR PERDIDO (Tango)

                  Linda muchacha de genio alegre
                  que en los floreos del arrabal,
                  no sabe nunca cuál es la senda
                  donde le ofrecen el bien o el mal.

                  Cuántos cantores su gloria evocan
                  la triste historia del arrabal,
                  cuántas guitarras por ella tocan
                  bajo los vértigos de la ebriedad.

                  Ha enloquecido a la muchachada
                  que la disputan, fiera y brutal,
                  hoy se broncaron y corrió sangre
                  por la sirena del arrabal.

                  Hoy en la isla de los Estados (4)
                  un homicida ¿cuándo saldrá?
                  Dicen que llora su amor perdido,
                  la musa trágica del arrabal.

                  Y en el invierno, cuando la nieve
                  llena de frío su alma mortal,             [llenan]
                  escribe versos, compone estilos,
                  para la infame del arrabal.


                                 Linda muchacha de pelo alegre
                                 que en los floreos del arrabal,
                                 no sabe nunca cuál es la senda
                                 donde le ofrecen el bien o el mal.

         Es sólo un ejemplo, pero desde el arranque de su carrera profesional fue dejando alusiones a la prisión que sería largo detallar aquí. Una primitiva composición suya lleva el sugestivo título de: "El Prisionero" (5). Es la cuarta de las 15 canciones iniciales, grabadas en abril de 1912. Corresponde a la matriz 56751. Se desconoce el destino de la misma, pues nunca se ha podido localizar. Tampoco se sabe si se perdió de forma accidental o se retiró de la venta de manera premeditada.

EL PRISIONERO Canción criolla.


Versión Única (Inédita). Título: "El prisionero". Género: canción criolla. Voz: Carlos Gardel. Acompañamiento: Carlos Gardel (guitarra). Matríz Nº 56751.  Sistema de grabación: Mecánico. Sello Editor: Columbia Record. Fecha de grabación: 2 de abril de 1912 (?). Lugar: Avenida de Mayo y Perú, Buenos Aires (Argentina). Total de maquetas grabadas: 1. Publicadas: Ninguna. Música y letra: Carlos Gardel (?). Sin registrar en SADAIC.
Por aquí no pasó nunca el Dante... El mar sirve de fondo decorativo a este teatro de tragedias y misterios.




¿Mito o realidad?

        La información que han transmitido diversas fuentes 
(6) es que El Morocho purgó en su juventud una condena de dos años por robos reiterados, siendo reducida a unos meses, porque parte de ella –entre mediados de 1906 y febrero de 1907– la habría cumplido en el Presidio Militar de Ushuaia, celda derecha Nº 15, Pabellón Nº 4, prontuariado con el alias de Carlos Garderes, número de identificación A 15.861, sección C.A., expediente 55.223. ¿Qué hay de cierto en todo ello? 

Postal del presidio de Ushuaia. Foto Kohlmann. Aprox. 1920.

        De forma oficial, la mayor parte de los escritores gardelianos descarta de plano tal posibilidad. Arguyen cuatro razones principales: que faltan documentos oficiales, que a Carlos Gardel se le otorgó un certificado de buena conducta en 1923, que en sus legajos no aparece la detención en Ushuaia, y que en 1906 era menor de edad. Analicemos dichas premisas...

        El primero resulta un argumento tautológico, pues en realidad faltan los expedientes de "todos" los cautivos de Ushuaia; ni siquiera se conservan los de los presos más célebres que sin duda estuvieron allí. Nadie sabe a ciencia cierta el nombre de todos los detenidos. Se dice que al cerrarse el penal en 1947 la documentación fue trasladada a un sótano de calle Las Heras que luego se inundó, o bien los papeles se destruyeron al demolerse dicho edificio por falta de espacio. Otros dicen que los propios guardiacárceles sureños se deshicieron de los registros para evitar futuras investigaciones que les acusaran de abusos de autoridad. Resulta pues muy difícil corroborar la presencia de quiénes estuvieron retenidos allí, donde se asegura la presencia de otras celebridades, antes de convertirse en famosos, tal es el caso del boxeador Luis Ángel Firpo, o el diputado radical Pedro Bidegain (mencionado en el tango "Largue a esa Mujica"). Pero los historiadores que buscan la verdad tienen, como veremos, otras herramientas de investigación, tanto o más válidas que los documentos oficiales, allí donde determinados intereses pueden pretender hacer un borrón de la memoria.


        Quienes sacan a relucir el certificado de buena conducta –número 218.125 CC, otorgado el 15 de febrero de 1923–, omiten considerar que en esa fecha Carlos ya se había inscripto como uruguayo, dando un apellido ficticio… Una persona física que había estado "indocumentada" hasta entoncesY como tal carecía de antecedentes policiales (o de cualquier otro tipo). El artífice de la estrategia para regularizar la identidad de su representado (y de paso volver su legajo a foja cero) fue el Jefe de Investigaciones, Eduardo de Santiago, comisario de origen uruguayo, militante pro-Yrigoyenista, que gestionó los documentos del músico, desde 1920 hasta 1930. 

        Los expedientes judiciales en lo penal anteriores a 1920 siguieron el proceso normal de conservación por treinta años, y luego se quemaron. Podría haberse alegado un interés histórico para su conservación, pero nadie lo hizo. Pese a ello manos anónimas salvaron de las llamas parte de esos legajos. Algunos han aparecido de forma reciente. Los analizaremos más adelante.


        La excusa de la edad tampoco es suficiente. Debemos considerar que Carlos estaba indocumentado y situaba su nacimiento en diferentes fechas y lugares, de modo que si algún juez tuvo en cuenta su declaración de nacimiento en 1887, figuraría con una edad de 18, o 19 años en 1906. De todas formas, el correcional de Ushuaia contaba con una escuela de artes y oficios para menores, a partir de los 15.
Podemos ejemplificar este último punto citando el juicio a Enrique Nielsen, un muchachito de 15 años que el día 5 de agosto de 1908 rompió la cerradura del cajón del escritorio de su patrón, Don E. Mazini, para sustraer sesenta pesos moneda nacional que pretendía gastárselos en el carnaval. Los Miembros de la Excelentísima Cámara, doctores López Cabanillas, Saavedra, Méndez, Estévez, y el honorable juez Ernesto Madero lo condenaron a cinco años de trabajos forzados en Ushuaia. 


          Como vemos, los argumentos "de peso" encontra del encarcelamiento de Gardel son bastante endebles. Entonces, ¿qué posibilidad hay de que esta historia sea cierta?
 

Fin del mundo, principio de todo

         Para comprender cómo pudieron ocurrir los hechos debemos remontarnos muy atrás en el tiempo, hasta 1884, momento en que la Ciudad Más Austral del Mundo es fundada por Augusto Lasserre, un posible pariente paterno de Charles Romuald Gardes (Nota: para ampliar información sobre la posibilidad del antedicho parentesco ver Apéndice I)
Comodoro Augusto Lasserre (1826-1906). 
Fundador de Ushuaia.
        El 12 de octubre la flota comandada por Lasserre –héroe en las guerras civiles uruguayas– tomó posesión de la bahía, donde estaba asentada la colonia anglicana del reverendo Thomas Bridges y 350 indígenas yámana.
– "Quite esa bandera británica de inmediato o vuelo la iglesia a cañonazos" – amenazó Lasserre. 
–"Es la única que tengo, no he puesto la argentina porque no he pedido conseguirla"– se excusó el reverendo. 
Lasserre hizo traer entonces el pabellón blanquiceleste desde su cañonera, la "Paraná". Con salvas de veintiún disparos se saludó el izado de la nueva insignia, oficializando la posesión del territorio. 

        Los primeros colonos argentinos en asentarse fueron Luis Pedro Fique y su esposa Damiana Francia, que instalaron un almacén de ramos generales. Cada seis meses llegaban los barcos con provisiones: ropa, zapatos, espuelas, garbanzos…
Damiana Francia de Fique
Primera mujer argentina en Tierra del Fuego.
        Cuesta imaginar la soledad de aquellas regiones a fines del siglo XIX. El escritor Lobodon Garra las describió así: "Paisaje tétrico y desolado, entre montañas abruptas, espesa selva virgen, glaciares, turbales podridos y continuas brumas, lluvias y borrascas, que suman más de 300 días de precipitación al año. La humedad y la tristeza de estos lugares es insoportable".

El trabajo os hará libres


        A poco de su fundación, Ushuaia fue nombrada Capital de Tierra del Fuego. Antonio Romero, primer jefe de la policía fueguina, junto a otras autoridades, propusieron trasladar dos centenares de presos para que construyeran la nueva prisión y demás infraestructuras. La idea era imitar lo que hacían Francia e Inglaterra que enviaban convictos a sus colonias para poblarlas. El Congreso Nacional sancionó la Ley Nº 3335 ordenando que las penas impuestas a reincidentes se cumplieran en los Territorios Nacionales del sur. El 3 de enero de 1896 se envió el primer contingente que comenzó a levantar la cárcel con piedras de las montañas, unidas con una mezcla de cemento, argamasa y arcilla. A partir de 1899 se hizo continuo el traslado de prisioneros desde la Penitenciaria Nacional.

Conducción de rollizos hacia el aserradero. Las jornadas de trabajo son interminables.


        De cara al público los pabellones se levantaban para aislar a criminales que resultaban un peligro para la sociedad, pero se trataba en realidad de un proyecto pensado para recibir pobladores y mano de obra esclava, capaz de construir viviendas, empedrar caminos, abrir redes cloacales, tender cables de electricidad, talar bosques, volar canteras, extender las vías del ferrocarril, trabajar en la usina, picar adoquines, fabricar zapatos, elaborar el pan, etc.

        En su primer discurso, el ingeniero Catello Muratgia, director del correccional, dejó bien claro que se inauguraba "con el noble objeto de estimular y premiar el trabajo". 
"Pueblos criollos que por falta de habitantes se están pasando al mapa del vecino".
        Podemos imaginar (o quizás no) qué tipo de condiciones esperaban a estos esclavos, si tenemos en cuenta que muchos obreros asalariados patagónicos fueron fusilados sin miramientos por el sólo hecho de demandar un paquete mensual de velas o comida en buen estado. 


Islas de los Esclavos

        Durante los primeros tiempos se produjeron motines y fugas, lo cual generaba miedo e inquietud entre la escasa población civil de la zona. La respuesta más simple fue comenzar a trasladar reos cada vez "menos peligrosos".
Sublevación de octubre de 1904. Las frecuentes fugas y revueltas producían alarma entre la población civil.
        Se ajustaron las leyes. La ley 4144, denominada "De residencia", permitía deportar activistas y trabajadores extranjeros.

        Hacia 1906, la policía porteña enviaba al Sur a adolescentes que estaban internados en reformatorios o prisiones, o vagaban por las calles (el Código Tejedor permitía encerrar inclusive a niños de 10 años). Iban a parar allí a fin de "aprender un oficio": zapatería, imprenta, mantenimiento de locomotoras y ferrocarriles... En algunos casos los alojaban en la alcaldía situada cerca del penal, sobre la avenida Maipú. No obstante el hacinamiento era de tal magnitud –hasta 800 prisioneros en 380 celdas unipersonales– que muchas veces compartían alojamiento con el resto.
Banda musical de presos para recibir a menores recién arribados.
        Si exceptuamos los truculentos casos criminales que fueron muy publicitados por la prensa y expuestos como fachada para justificar el exhuberante gasto de crear y mantener una prisión de "máxima seguridad y severidad" en el Fin del Mundo, y dejando de lado los asesinos pasionales (por celos, furia, desengaño o defensa propia), o algún que otro ladrón violento, en verdad tras las rejas se hacinaban en su mayor parte una joven población de ladronzuelos y estafadores de poca monta, de baja peligrosidad, que habían reincidido en delitos menores, a veces ni siquiera eso: eran chicos de la calle, cleptómanos, alcohólicos, vagabundos, locos, activistas políticos, militares revoltosos, sindicalistas, anarquistas, comunistas, trabajadores extranjeros indocumentados…

        Gracias a una libre interpretación de las leyes, cualquiera podía terminar en Ushuaia, "por el robo de un paraguas o una gallina" (Arnoldo Caclini, 1992) o por resultar una molestia para el régimen de turno. El sur era una buena forma de hacerlos "desaparecer".
Activistas políticos, cleptómanos, asesinos pasionales, maridos engañados, locos... la variopinta población del presidio en 1933.
"Buraco"
 

        Estando a 3.000 kilometros de Buenos Aires, el aislamiento de los reos era completo; perdían todo contacto con su antigua vida, sus familiares tampoco recibían noticias oficiales. 

        Vale como ejemplo un caso concreto, narrado por la revista Caras y Caretas el 3 de octubre de 1906, referido al mayor Esteban García, compañero de prisión del teniente Villanova:  

«El mayor del ejército nacional, don Esteban García, se encuentra detenido en el presidio de Ushuaia, por haber tomado parte activa en el movimiento revolucionario del 4 de febrero del año pasado. El 31 de julio –casi seis meses después de la prisión del citado mayor–, su esposa, que reside en Córdoba dió á luz un niño, y en el deseo de que el padre conociera al hijo, le envió repetidas veces el retrato. Pero todas las fotografías fueron secuestradas, ignórase si por las autoridades del presidio. ¡El padre no ha podido conocer al inocente!… Hay que imaginarse el inmenso dolor de la madre, que lejos del compañero de su vida, desea que la imagen del hijo vaya a endulzar las melancolías del que sacrificó su libertad en aras de una idea. La señora de García, nos remite el retrato del niño para que lo publiquemos. Tiene la seguridad de que, como algunos oficiales presos en Ushuaia reciben nuestra revista, el esposo podrá conocer á su hijo. El niño se llama Napoleón.»

Aislamiento absoluto de los presos. Octubre 1906.
        La fecha de la supuesta detención de Gardel coincide con "un agujero" en su biografía oficial. Del período 1905-1910, doña Berta (Marie Berthe Gardes) afirma desconocer qué fue del paradero de Carlos llegando a "creerlo muerto". Ante la imposibilidad de brindar datos sobre este "lustro vacío" su representante y heredero, Armando Defino, imaginó una estadía de cinco años en Montevideo. 

        Llama mucho la atención, es inexplicable, la carencia de información fidedigna a cerca del período más importante, aquél donde se gestó el cantante popular, aquél que contiene el germen de todo lo que vendría después. (7) 

Va a misa

        Fue un salesiano, director del colegio Pío IX al que concurrió el pequeño Charles Romuald Gardes, el primero en hacer pública la versión de Gardel preso en  la "Sodoma Fueguina". 

         Los salesianos se establecieron en Ushuaia hacia 1904, de la mano del R.P. Fortunato Griffa. Monseñor Nicolás Esandi fue nombrado capellán del presidio. Organizaron la banda musical y los coros con los reclusos, dirigidos por Fray Ramón Capra. El 30 de abril de 1944 Esandi trasladó su puesto a uno de sus primeros y fieles colaboradores, el párroco Arturo Giannantonio. 
Monseñor Esandi dando misa en el patio de la prisión.
       Tenían conocimiento de que uno de sus presos había sido Gardel: «El padre Giannantonio, capellán del presidio de Ushuaia, decía: "El mejor de todos mis presos es un ex alumno de Don Bosco"». Así lo confesó el padre Raúl Entraigas en 1960, añadiendo: «un chico que ha vivido en ese ambiente no puede haberse desbarrancado hasta llegar a la hez de los vicios. Nuestros muchachos, aun cuando se desvían, conservan algo de aquello que han aprendido en el colegio.» (8)

        Sus declaraciones pasaron sin la trascendencia adecuada si consideramos la autoridad y rango del R.P. Dr. Raúl Agustín Entraigas: alto prelado, con sangre francesa y Tehuelche, que desarrolló intensa labor ecuménica durante décadas en la tierra natal que tanto amó, autor del himno oficial de la provincia de Río Negro, "Embajador Universal de la Patagonia"... 


        Parece un contrasentido que tan bienquisto religioso, a la sazón director del Colegio Pío IX, difundiera el paso por el presidio de quién se supone había sido compañero del beato Ceferino Namuncurá. Jamás habría comprometido a la institución, ni a las autoridades salesianas, sin tener la firme constancia de decir la verdad. Amén a la lealtad que todo buen católico debe a la sinceridad, a su fe y a sus superiores, en el caso de Entraigas se suma la rigurosidad inherente al historiador de raza, ya que él es uno de los más eminentes historiadores argentinos, con más de 30 libros biográficos (de personajes del Sur), 300 artículos periodísticos, ponencias, ensayos, documentales, películas, objetos de múltiples premios. Fue fundador de la Junta de Investigaciones y Estudios Históricos de Río Negro, miembro honorífico de la Academia Nacional de la Historia, miembro de la Junta de Estudios Eclesiásticos de la Argentina, miembro de la Real Academia de Letras de España… A su intachable y apabullante currículum sumemos que su propio padre, Benigno Entraigas, fue pionero de Ushuaia, llevando la palabra de Cristo al sur navegando bajo el mando de Luis Piedra Buena.

        En más de un sentido, su testimonio es Palabra Santa. La prudencia es inherente al historiador. El respeto y la lealtad a la verdad son máximas que rigen la vida de un religioso. Sería una osadía tildar su testimonio de simple lapsus, desliz o confusión.
R. A. Entraigas escribió múltiples libros biográficos relacionados con Patagonia
Uno de ellos fue esta semblanza al Emmo. Cardenal Juan Cagliero.
La gente es mala y murmura

        De manera independiente a lo afirmado por el padre Entraigas, el licenciado Carlos Pedro Vairo —Fundador y Director del Museo Marítimo y del Presidio de Ushuaia—, al documentarse para su libro sobre el origen de la cárcel y las historias allí vividas, fue recogiendo diferentes revelaciones de viejos pobladores (9). Encontró que los testimonios con respecto a Gardel eran múltiples y coincidentes. Según los testigos, lo apodaban "Carlitos", en la prisión desarrolló su afición a la payada, estuvo alojado en la alcaldía cercana pues allí se le permitía tocar la guitarra y cantar, habría sido trasladado hacia 1906, estaba gordito y a pesar del frío sureño, sudaba bastante… Es largo enumerar las tradiciones orales de familias fueguinas que recuerdan el paso por el sur del gran cantor y coinciden hasta en los detalles.
Así lo certificaron, entre otros, Manuel Buezas —ex director de la cárcel de Devoto—, cuyo padre ejerció de guardiacárcel en aquel lugar a principios del XX , Juan Buezas, propietario del Bar Ideal, (10) el más antiguo de Ushuaia, o los familiares chubutenses del compositor Villa-Lobos
Carlos Vairo escribió los libros más documentados sobre el tema: "El presidio de Ushuaia", volúmenes I y II.
        El citado comisario Manuel Buezas ha afirmado en alguna oportunidad que él y sus hermanos fueron testigos de cómo su padre se reencontró con el Gran Carlitos y hablaron entre ellos de aquella etapa en la prisión del fin del mundo ("Vida y Obra de Carlos Gardel", Anastacio Hernández, edición de autor, 1996, p. 13).
        Osvaldo Bayer –escritor, historiador y periodista anarquista, nombrado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires— mientras estaba en el sur documentándose para su libro "Los vengadores de la Patagonia trágica" y posterior película "La Patagonia rebelde", halló por mera casualidad una serie de registros de principios de siglo asentando el traslado de Carlos Gardel junto a varios presos políticos. Al regresar a Buenos Aires, Bayer comentó el hallazgo en distintos foros, pero él desconocía la importancia de tales documentos ya que nunca se dedicó a estudiar la biografía de El Morocho. Creía que era un dato ya constatado por los especialistas. Dijo haber visto los papeles en el juzgado de Río Gallegos. Regresó para buscarlos pero los expedientes habían "desaparecido". No obstante, el suyo constituye un manifiesto de interés porque podría ser otra prueba del paso de Gardel junto a Villanova y sus acompañantes –que eran detenidos políticos– pues los barcos carceleros transportaban también mercadería y correo, por lo que hacían escalas en Río Gallegos, Santa Cruz, Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn, Bahía Blanca, antes de arribar a Puerto Madero.

El periodista y escritor Osvaldo Bayer, en 1970.
        Rosendo María Fraga abogado, analista político, experto en temas militares, Miembro de Número de la Academia Argentina de la Historia y Miembro de Número del Instituto de Historia Militar de la Escuela Superior de Guerra, junto a otras distinciones—, en su nota "Carlos Gardel y la política" (diario "La Nación", 27 de junio de 1995) aseveró que hacia 1905 el muchacho actuó como "campana" durante un robo. Recibió un balazo que quedó alojado en su pulmón izquierdo. Fue condenado a dos años de prisión y trasladado al sur, reduciéndose su estadía por buena conducta; retornó a Buenos Aires a comienzos de 1907 e inició entonces su exitosa carrera artística. Coinciden las fechas con el testimonio de Villanova.  

          El autor de la nota proviene de una estirpe de abolengo —muy versada en asuntos militares y policiales— (9)contaba con fuentes privilegiadas. Su bisabuelo Rosendo José María Fraga y Ranchel, fue un destacado militar y político. Su abuelo, el Coronel Rosendo María Fraga, fue Director de la Penitenciaría Nacional y luego Jefe de la Policía de Capital Federal en el mismo momento que ocurrió la detención de Villanova y –supuestamente– la de Carlitos. Es la persona indicada para saber con total certeza los hechos policiales ocurridos en ese entonces [Nota: al final del presente artículo, exponemos una significativa ilustración del Cnel. Fraga enseñando al presidente Quintana el listado de detenidos en las revueltas de 1905, donde figuraba también Villanova.]  

          Entre 1906 y 1907 fue nombrado Ministro de Guerra por José Figueroa Alcorta. A su vez, el papá del Dr. Rosendo Fraga, el General Rosendo María Fraga, también se convertiría en Ministro de Guerra, durante la presidencia del Dr. Arturo Frondizi.
El Coronel Rosendo Fraga en 1904, época en que era jefe de la policía en la Penintenciaria Nacional. Su nieto corroboró en una nota del diario La Nación que Gardel fue detenido y enviado a Ushuaia entre 1905 y 1907.
 

       Blas Matamoro —notable y multifacético intelectual,  editor, ensayista, crítico literario y musical, traductor, e historiador argentino— en 1956 entrevistó al ex-comisario del Abasto, Domingo Tiola, otro protagonista en las revueltas del 900–. El veterano policía  recordaba haber detenido casi a diario a Carlitos "por chorear y ratear [hurtos] de los carros y puestos del Mercado [del Abasto]". Edmundo GuibourgJuan José de Soiza Reilly, y algunos más, dieron fe de la existencia de un prontuario como "ladrón de gallinas", sin que tuviese, al parecer, delitos de mayor gravedad. Sin embargo, se dice que en una de esas andanzas recibió un tiro en la pierna izquierda. ¿En la pierna... o en el pecho, según la información de Fraga? [Nota: Surge aquí el mismo debate que con el balazo que recibió en 1915, donde una parte de los testimonios dicen que le impactó en el pulmón izquierdo y otros que fue en la pierna izquierda. Una bala fue hallada en su tórax durante la autopsia en Medellín, asimismo es cierto que Gardel rengueaba y se quejaba de sentir continuos dolores en la pierna izquierda. ¿Acaso sobrevivió a dos disparos, uno en 1905 y otro diez años después? Planteamos la duda, pero su respuesta puntual excede el marco de la presente investigación.] 

         El comisario Tiola era amigo de la familia de Blas Matamoro de modo que el veterano policía les hablaba en un tono más confidencial, íntimo. En esos años Blas Matamoro era un adolescente con precoces afanes de periodista y logró que Tiola le confesara que Gardel tenía antecedentes policiales mucho más "gordos" que los conocidos, pero que era preferible callar el asunto y que, por otra parte, eran temas poco edificantes para que conociera un muchachito de su edad.

         Cabe aquí recordar que una acumulación de condenas por robo, aunque éstos fueran por pequeños montos y sin violencia, resultaban ya delito suficiente para enviar al condenado a Ushuaia.

       Ben Molar (Moisés Smolarchik Brenner) —compositor, productor musical, promotor artístico, representante y creador del 11 de diciembre como Día Nacional del Tango por ser la fecha de nacimiento de Julio De Caro y Carlos Gardel—, reconoció que la gente tanguera muchas veces murmuraba a cerca del paso de Carlitos por el penal ushuariense. De lo dicho se desprende que en el ambiente se conocía la anécdota. Se trataba de un asunto "vox populi". Aunque Molar nunca profundizó, y, al igual que Tiola, siempre insistía que lo mejor era «pasar por alto algún tropezón de quien tanto dejó a la música de la ciudad».

        Hasta aquí una reseña de relatos, rumores… y sin embargo provienen de personas muy prestigiosas, que son testigos directos de los hechos y estuvieron en Ushuaia en esa época, o bien son profesionales de la historia (los mejores del Cono Sur) y saben diferenciar muy bien un rumor falso sin fundamento. Desde luego ninguno es sospechoso de tener intereses creados en torno a la figura del gran ídolo, ni de necesitar la polémica para adquirir más fama o notoriedad. Nada ganaban en el asunto "inventando" una posible detención de Gardel; más vale lo contrario: la figura de Gardel está elevada casi a la categoría de Santidad y al desnudar su oculto pasado humano se arriesgaban a ser carne de cañón y objeto de insultos por parte de los fanáticos que pondrían en tela de juicio (como lo han hecho) su bien ganado prestigio y honor. Estos audaces testificadores nunca tuvieron vínculos entre sí; confiaron su relato a diferentes personas, en épocas y lugares distantes. Es imposible que añadieran datos imaginarios de manera arbitraria y que coincidieran por mero azar con los aportes de otras fuentes, o con hechos verificados de la realidad. 


         En esa dirección podemos seguir añadiendo más testimonios:

         Andrés Amil —periodista e historiador del tango— en una nota que publicó la revista "Siete Días" (26-7-1975) hace hincapié en varios asuntos polémicos. Menciona al hasta entonces desconocido prontuario de 1915 (cuya existencia recién se confirmó en 2012), o los problemas que tuvo con la Sûreté al intentar ingresar a Francia, debido a sus antecedentes policiales. Según Amil, Gardel permaneció recluido en Ushuaia hasta 1907 acusado de participar en un asesinato en el que fueron involucradas otras tres personas. La información aportada es escueta. Merece referenciarse aquí porque el periodista entrevistó a personas cercanas a Gardel, como ser Elías Alippi, y porque varios de los datos obtenidos, como la existencia del expediente de 1915, fueron confirmados con el paso del tiempo. (Nota: Los nietos del teniente Villanova nos han confirmado que su abuelo contó que Gardel estuvo preso por verse envuelto en el asesinato de una persona, o al menos eso fue lo que el cantor le confesó en aquellos años. Es posible que se estuviera refiriendo al asesinato en el que estuvieron implicados los hermanos Traverso, muy cercanos al cantor.)

         Osvaldo Soriano —popular escritor, investigador y periodista— menciona la existencia de una ficha policial ushuariense que podría ser la de Carlos Gardel. Empero, desdeña que dicho preso sea Gardel porque se aclara que es "albañil", y porque si se tratase del cantor debería figurar con el nombre "Charles Romuald Gardes" (diario Página 12, sábado 27 de junio de 1987 y en Ediciones PxP, 1990, pág. 25).

         Resulta pueril descartar que se trate de la misma persona por el sólo hecho que la policía lo haya registrado como albañil. Es obvio que en el Gulag sureño resultaba más útil un albañil que un cantor. Y además, Carlitos sí trabajó como peón de albañil y electricista durante su juventud. Así lo han confirmado sus amigos Juan Faustino Sarcione (revista Antena, 1935), Esteban Capot (diario La Nación, 1935), Lorenzo Bicain (revista Noticias, 1936), y su novia, Isabel Del Valle (entrevista de Nelson Bayardo). Respecto al nombre, tampoco es una excusa válida, puesto que jamas usó los nombres "Charles Romuald Gardes", ni tampoco "Carlos Romualdo Gardes".

         En la misma nota Soriano se sorprende por la ocultación de documentos y el férreo silencio del entorno íntimo: "El prontuario de El Zorzal —pocos lo saben—, está en el museo de la policía y descansa en una caja fuerte confidencial custodiada por un teniente coronel. ¿Por qué tanto secreto absurdo? ¿Por qué quien fue su amigo más íntimo, el jockey Irineo Leguisamo, repitió siempre y así fue, que llevaría a la tumba todo aquello que Carlitos le pidió que no divulgara? ¿Acaso porque en realidad el cantor Carlos Gardel no era el mismo Charles que salió de Francia con su madre rumbo a su destino sudamericano?". Hacia el final de su vida el periodista marplatense llegaría a la conclusión que Charles y Carlos eran dos personas diferentes (ver contraporta del diario Página 12, domingo 29 de enero de 1995), reconociendo así que el expediente policial sureño sí correspondía en verdad al del Carlos Gardel que conocemos.

         El expediente del museo policial mencionado por Soriano, es el del año 1913. Nunca se permitió consultarlo, o fotografiarlo íntegro. Recién en 2013 se ha podido fotografiar de manera parcial y la información que contiene es muy reveladora. Lo analizaremos con detenimiento más adelante.
 
         Francisco Luis Romay —ex comisario en la Seccional Novena del Abasto– en 1980 trató de aventar sospechas asegurando de manera tajante que El Morocho «Jamás pisó una comisaría.». Sin embargo en el mismo reportaje finaliza admitiendo: «Pudo estar metido en algún lío con la politiquería o la mafia; conoció guapos, malevos, matones…» ("Confesiones de un Comisario", Plácido Donato, 1995). El Sr. Romay comenzó a trabajar para la policía en 1908, por lo que es probable que ignorara las causas anteriores ya archivadas. Cita, por ejemplo, una denuncia por desaparición que hizo Berthe Gardés en 1913, pero desconoce la difundida encarcelación que sufrió entre el 11 y el 17 de septiembre de 1904 en Florencio Varela. 

         José Razzano –figura central en la historia gardeliana– a poco de fallecer su amigo, deslizó que fue en La Boca «el primer lugar donde Gardel entonó sus cantos y no el Abasto como se dio últimamente en creer, a raíz, quizás, de ciertas averiguaciones policiales acerca de los medios de vida, un poco turbios, que entonces tenía Carlos.» (revista "Novela" Nº 963, 20 julio 1936). Aunque en otros lugares reiterará que conoció a Carlos recién en 1911, para así evitar preguntas referentes a años previos (por ejemplo, reportaje de Héctor Bates en Radio Fénix, reseñado en revista "Antena", 13 de julio de 1935).

        Varios declarantes confirman las actuaciones de Gardel en La Boca, en sus inicios como cantor criollo. Francisco García Jiménez (revista "Cantando", 18  junio 1957) narra haber visto a Carlitos cantar "El Moro" el 13 de marzo de 1904 en el almacén de Gino Garibaldi en La Boca, donde se festejaba el triunfo electoral del diputado socialista Alfredo Palacios. Actuaba el pianista y compositor Alfredo Bevilacqua. Para amenizar tal festejo llegó al lugar José Bettinotti, con Ambrosio Ríos, otro payador de la época, quien también corroboró que: “Allí cantaba 'El morocho'”. En ese año Carlos Dedico —ameno cronista de turf bajo el seudónimo de “Ordenanza”, autor del tango "Paquetín Paquetón"— presenció una actuación de Carlitos en un comité electoral ubicado en la esquina de Cevallos y Cochabamba, de Constitución. Carlos asistió acompañado por Constancio Traverso, uno de los dueños de la fonda O'Rondemann del Abasto. 

        La presencia del cantor en La Boca y zonas aledañas, hacia 1904, más las palabras de Razzano refiriéndose a «los medios de vida, un poco turbios, que entonces tenía Carlos», dan visos de realidad a las declaraciones de Vicente Martínez Cuitiño —abogado, notable dramaturgo, guionista de cine, compositor, ensayista, incansable personaje de la vida bohemia—, quien testimonió que en realidad Gardel y Razzano se conocieron por primera vez en la comisaría 24a de La Boca, sita en calle Pinzón 456, y para pasar el rato cantaban juntos, por lo que les quedó el mote de "El Dúo de la 24" (reportaje de Luis Alfredo Sciutto –Diego Lucero–, para diario Clarín).  Martínez Cuitiño nació en Uruguay en 1887 y es un deponente muy autorizado pues fue íntimo de Carlos Gardel y José Razzano, y de varios amigos en común, tales como Elías Alippi, Francisco Canaro, José Antonio Saldías… (José Le Pera, 1991, págs. 94-95). Fue además uno de los responsables del lanzamiento del dúo, junto a José González Castillo, al convocarlos para actuar en la compañía tradicionalista que en noviembre de 1915 representó "Juan Moreira", "Santos Vega" y "Martín Fierro" en el teatro San Martín, y gracias a ello consiguieron la oportunidad de grabar para Casa Max Glücksmann (Orlando Greco, 1990, págs. 179-180). Siendo jurista y luego presidente de la Sociedad General de Autores de la Argentina continuó compartiendo largas décadas de amistad y momentos íntimos con Razzano y entorno; por lo que resulta difícil sospechar de su testimonio.

[Incidentalmente citamos un dato curioso: Martínez Cuitiño tuvo como alumno de literatura al niño Alfredo Le Pera, en el Colegio Nacional Bernardino Rivadavia (Martín Correa, 1995, pág. 94).]

        

 Postal "posta"

        La cadena de testimonios relacionados con los problemas carcelarios de Carlitos prosigue, y añadiremos más en las próximas líneas, pero los expuestos hasta aquí son suficientes para complementar y dar marco respaldatorio a las declaraciones del teniente coronel Eduardo Virginio Villanova quien recibió de su padre lo que podría tratarse de una prueba "física": una tarjeta postal fechada el 21 de febrero de 1907, con la firma de varios compañeros suyos cuando regresaban de la prisión de Ushuaia, entre las que figura la firma de "C. Gardel". Según su versión, el cantor cumplió breve condena por reincidencia en robos menores y pequeñas estafas; aunque sus nietos nos han confesado que su "tatita" hablada de un asesinato a puñaladas en el cual Gardel se había visto implicado. Quizás, como muchos prisioneros, Carlitos aumentase los motivos de su condena frente a los demás compañeros para inspirar más respeto. Tras la liberación, durante algo más de un mes compartieron el viaje de regreso a bordo del vapor SS Chaco, con cantos, guitarreadas y desafíos de payadas. 

        Se volvieron a ver veintiséis años después, en los camerinos del Cine Teatro 25 de Mayo, en Villa Urquiza, cuando ambos estaban en la cumbre de sus respectivas carreras: Gardel como máxima estrella nacional, y Villanova como ex-edecán del presidente del país. Se estrecharon en cálido abrazo, y tuvieron oportunidad de rememorar juntos aquella dura experiencia de juventud. El hijo de Villanova, de 12 años de edad, presenció aquel reencuentro.

        En 1969 el payador uruguayo Tabaré De Paula entrevistó al hijo de Villanova, que a la sazón ostentaba el grado de Teniente Coronel y era Jefe del Servicio de Enrolamientos Militares Argentino. Él presentó la postal mencionada, además de fotografías y otros documentos que avalarían la historia de su padre.

        A partir de entonces se ha intentado desacreditar su testimonio apelando a toda clase de argumentos. Se aseveró que la firma en la postal era falsa (se menciona un peritaje caligráfico), o que nunca existió tal postal, o que Villanova mismo era un personaje ficticio (Espina Rawson, 2006). Sin embargo hemos podido constatar de forma fehaciente la existencia de los protagonistas, incluso entrevistar a sus descendientes, y así puntualizar los pormenores del suceso narrado. La anécdota también ya había sido corroborada por Jorge Passo, cuñado de Villanova, al ser entrevistado por Javier Perpignan en 2008 (12) quedando descartado por completo que se trate de un invento del periodismo, o que se hayan desvirtuado los informes originales. 


           Mucha información adicional sobre el suceso disponía el Coronel Carlos Francisco Villanova (hermano de Eduardo (hijo); coincidentemente así se llamaba el hermano del teniente Eduardo padre, que era un par de años mayor). Generosa y abundante información adicional nos han aportado para esta investigación Juan Carlos Villanova —Teniente Coronel del Ejército Argentino, hijo del Teniente Coronel Eduardo Virginio Villanova y Nieto del Mayor ED Eduardo Virginio Villanova—, así como su hermano Eduardo Villanova, quien actualmente (2013) vive en la provincia de Formosa y tiene actividades alejadas de lo militar.

        Hoy sabemos que el teniente Eduardo Villanova (padre) nació en 1883, fue un militar de ascendente carrera que culminaría como edecán de Hipólito Yrigoyen, presidente de la República entre el 12 de octubre de 1928 y el 6 de septiembre de 1930. Estaba casado con Sara Passo Correa Morales nacida en 1897. Tuvieron
cuatro hijos: Eduardo Virginio, Carlos Francisco, Sara, Marta. Eduardo Virginio nació el 5 de Octubre de 1922, falleció el 17 de Febrero de 2006. Sara Passo era descendiente de Juan José Passo (o Paso), prócer de la independencia argentina. (Nota: Jorge Passo, quien confirmó el relato de Eduardo Villanova sobre Gardel, reconocía a Eduardo como hermano siendo primos, por poseer la misma sangre y porque su mamá, la "tía Pola", fue quien le dio de mamar a ambos cuando eran bebés, ya que Sara se veía impedida de cumplir con ello. Es decir, fueron hermanos de leche.)


       Villanova estudió Esgrima y Gimnasia en el Colegio San José de Buenos Aires, uno de los mas antiguos, sigue en pie hoy día, perteneciente a la curia, que fue el colegio donde casi toda la familia Villanova hizo sus estudios, antes y después. Se recibió como Ayudante de Probeste, Profesor de Esgrima y luego como Teniente de Gimnasia y Esgrima Expedicionario al Desierto, salido de la escuela de sargento (no del Colegio Militar de la Nación) y luego oficial.
 

        En febrero de 1905 participó en las revueltas armadas promovidas por Yrigoyen contra Manuel Quintana al que acusaban de menoscabar las instituciones democráticas (13). La gesta quedó reflejada por algunos artistas, como en el tango para piano "4 de febrero" escrito por Domingo Pizarro. Hay quien interpreta que la marcha inédita "Adelante" grabada por Gardel en febrero de 1925, glorifica tales sucesos al cumplirse su vigésimo aniversario.
Escenas de la lucha armada. 4 Febrero 1905.
        Los rebeldes secuestraron al vicepresidente Figueroa Alcorta, al hijo del general Julio Roca, al gobernador provincial Vicente Olmos y a otras autoridades. 
Autoridades mantenidas como rehenes por parte de los militares sublevados.
       Negociaron su liberación, a cambio de una amnistía general. Mas la revuelta fue desbaratada rápido, debido a una serie de incidencias y traiciones internas. Los jefes y oficiales sublevados debieron deponer las armas, siendo muchos deportados al penal de Ushuaia. Yrigoyen se comprometió a mantener con dinero de su bolsillo a las familias de sus leales encarcelados. (Nota: en el apéndice II añadimos el listado completo de los procesados. Tal vez los familiares de esas personas conserven y si leen este artículo puedan hacernos llegar mayor información a cerca de este jalón de la historia.)
Miembros del Consejo de Guerra, encargados de tramitar las causas.

 ¡Fiiiiirme!

         Los presos tenían por costumbre dejar esquelas firmadas, como constancia de su partida y su llegada. Así lo hicieron Villanova y sus compañeros. Aquí vemos un facsímil de una postal fechada en Ushuaia el 1 de agosto de 1905, con la rúbrica de veintidópresos políticos, incluyendo la de Eduardo Villanova que en aquél momento era Ayudante de Probeste.

      A continuación detallamos todos los nombres de los firmantes, sus cargos y años de condena (ordenados según su aparición en la postal, leída desde arriba hacia abajo, y de izquierda a derecha):

Adolfo Frigerio (Farmacéutico del batallón Rosario) 6 años.

Epifanio Ferreyra (Ayudante de Probeste) 3 años.

Pedro Quiroga (Teniente Primero) 6 años.

J.B. Loches (?) (sin identificar)

Luciano Cáceres (Teniente Primero) 6 años.

Leopoldo Vivanco (Subteniente) 6 años.

Ángel Ignacio Iza (Alférez) 6 años.

Harmando Verdaguer (Alférez) 3 años.

Benito Meana (Capitán) 8 años.

Rafael Méndez (Ayudante de Probeste) 6 años.

Eduardo Dozo (Ayudante de Probeste) 6 años.

Eduardo Catán  (Ayudante de Probeste) 6 años.

Mateo Ruiz (Coronel) 8 años.

Eduardo Villanova (Ayudante de Probeste) 4 años.

José V. Salcedo (?) (Teniente Primero) 6 años.

Emiliano Lascano (Subteniente) 4 años.

Julián Rodríguez Várela (Ayudante de Probeste) 3 años.

Virgilio Avellaneda (Ayudante de Probeste) 3 años.

Esteban García (Mayor) 6 años.  

Horacio Guillermón (Subteniente) 3 años.

Aníbal Villamayor (Mayor) 8 años.

Horacio Tort (Ayudante de Probeste) 4 años. 

         El presente tarjetón pertenecía a Tino, una persona que viajaba a bordo de los barcos que cada dos meses llevaban provisiones al Sur. En uno de tales viajes visitó a los militares encarcelados, cuyos nombres habían salido en todos los diarios. Tino les hizo firmar la tarjeta (no excenta de ironía, porque se ilustra con el dibujo de una inocente niña protegiéndose de los hielos). Luego se la regaló a sus amigas Delia y María Teresa Puente. En esa época las hermanas Puente, de 15 y 16 años, coleccionaban postales firmadas por personajes anónimos o celebridades. Llegaron a reunir muchas piezas de gran valor, con dedicatorias –y a veces hasta con poesías inéditas– de Carlos Guido y Spano, Emilio Mitre, Thomas Alba Edison, Luis Saénz Peña, Dardo Rocha…

          Eso explica la dedicatoria escrita al dorso: «Ushuaia, Agosto 1º, 1905. Mis queriditas: Les envío esta [postal] que he hecho firmar por todos los presos políticos, que para Ustedes que son coleccionistas es bastante curiosa sino de valor. Mil besos para todos y dos más cariños para Ustedes, de Tino.»

[Nota: Agradecemos este aporte de gran valor histórico al Sr. José Antonio Puente, y a la investigadora Martina Iñiguez, por haber rastreado y obtenido tan valioso documento.]

Fondo blanco

        Los militares permanecían aislados del resto de los presos, en cárceles construidas fuera del edificio central, en donde alojaban a los presos políticos y comunes de baja peligrosidad.

       Se les daba ciertos "privilegios", como el uso de abrigos adicionales. En cierta ocasión a Villanova se le permitió fotografiarse junto a sus compañeros. Las copias  fueron firmadas y remitidas a cada familia. Se conservó así esta imagen donde aparece Villanova (el primero a la izquierda) acompañado por Virgilio Avellaneda, Julián Rodríguez Várela, y recostados en la nieve: Horacio Tort, Juan B. Ledesma y José J. Ávalos. La foto es otra prueba de la presencia de Villanova en aquella prisión.

Fotografía tomada y firmada en Ushuaia (de izq. a dcha.): Eduardo Villanova, Virgilio Avellaneda, Julián Rodríguez Várela, Horacio Tort, Juan B. Ledesma y José J. Ávalos. [Gentileza: Martina Iñiguez.]
        Los seis correligionarios eran "Ayudantes de Probeste" (14) y se habían conocido en la Escuela de Gimnasia y Esgrima; elegidos por los jefes de sus respectivas divisiones, por ser los más distinguidos y aptos para tal honor.

Horacio Tort, mencionado con su nombre mal.
En Revista Caras y Caretas. 1905.
        Provenían de los siguientes cuerpos:
        Batallón de Zapadores Minadores (de Córdoba), Eduardo Villanova y Horacio Tort.
        Batallón de Telegrafistas (de Córdoba), José J. Ávalos.
        Batallón número 2 de Cazadores (de Mendoza), Virgilio Avellaneda.
        Batallón número 3 de Artillería, Juan Ledesma y Julián Rodríguez Várela.

         Se recibían ese año como Maestros de Esgrima (Probestes) de Tercera Clase. Debían comprometerse a prestar servicio en el Ejército durante al menos cinco años después de obtenido el título. Así, ascenderían a Suboficiales, y cada cuatro años, podrían ascender a Subteniente, Teniente Primero y Teniente Coronel. 

Articulo de Caras y Caretas donde se menciona a Virgilio Avellaneda. Febrero 1905.
        En el medio estalló la "Revolución Radical"… Siendo leales a sus jefes se suman a la rebelión. Tras el aplastamiento de la misma son juzgados y condenados con penas que oscilaban entre 3 y 6 años en el presidio de Ushuaia. 
Oficiales cordobeses condenados. En la nota aparecen mencionados Tort (fotografía) y Ávalos.
        Se trata por tanto de combatientes con un alto sentido del valor, honorabilidad, nobleza, rectitud. Fueron capaces de entregar su vida en pos de una causa que consideraban justa. Por fidelidad a sus superiores sufrieron los rigores del exilio y la cárcel. Son, por ende, atestiguantes de una alta credibilidad.
 

Regreso desde el fin

        Los militares detenidos fueron amnistiados poco después de fallecer Manuel Quintana, bajo la presidencia de Figueroa Alcorta. El Congreso dictó la ley 4939, en junio de 1906, concediendo una amnistía general de carácter limitado, dejando en manos del gobierno la admisión de los militares. Entró en vigor en enero de 1907 (asentado en el libro de sesiones, página 1.095).

        El primer grupo de liberados embarcó en el vapor SS Chaco, junto a otros presos comunes que también culminaban su período de condena. Los militares habían permanecido todo el tiempo aislados del resto de los presos comunes de modo que es en el barco de regreso donde por mera casualidad Villanova conoce a un joven y simpático cantor llamado Carlos Gardel que se suma a la rueda de cantos criollos y payadas con que amenizaban el largo viaje sus camaradas. Arribaron a Buenos Aires el 21 de febrero de 1907. Yrigoyen en persona acudió al puerto a recibirles, entregándoles medallas con el número de penado (a Villanova, correspondía el 130) y grabadas por detrás la fecha de la insurrección coronada por la frase: "A presidio por la patria".

     Un dato que resulta relevante es que en la fecha del regreso de los militares, y de Gardel, estaba al mando del gobierno el Dr. Benito Villanueva, amigo personal de los hermanos Traverso y de Carlos Gardel. Efectivamente, desde el 31 de enero de 1907 Villanueva presidía interinamente el Gobierno de la Nación Argentina ante una licencia del presidente José Figueroa Alcorta. Constancio Traverso, el mayor de los hermanos, nacido en 1867, era la mano derecha y hombre de confianza del doctor Benito Villanueva cuando estaba al frente del comité conservador que se hallaba en la calle Anchorena N° 666, del barrio del Abasto. El joven Carlitos cantaba siempre en las reuniones hípicas de Benito Villanueva, sobre todo cuando se trataba de festejar un triunfo en las carreras. E incluso le generó contactos para poder cantar en otros comités. De modo que existía una relación muy personal entre Gardel y el presidente interino del país. 
 



Intrépido marinero

        Los amigos de Villanova quisieron que recordara de forma alegre aquel día. Obsequiaronlé una tarjetita con una dedicatoria divertida que aludía a la leve indisposición que sufrió el curtido militar al llegar al puerto, síntoma de las emociones acumuladas y el debilitamiento físico:  "Al Sr. Villanova, intrépido marinero de la costa del Sud, que atravesó el Cabo de Hornos y se mareó en el Río de la Plata". La frase fue pensada y escrita por Adrián Patroni (por error De Paula le cita como "Patrón") un activo dirigente obrero socialista que participó en la creación de F.O.R.A. (15), pintor y publicista, miembro de la Masonería al igual que Yrigoyen. Está firmada por él y por otras siete personas, entre ellos: «C.Gardel».


        Se ha difundido, de manera imprecisa, que quienes firman son Virgilio Avellaneda, Julián Rodríguez Várela, Horacio Tort, Juan B. Ledesma y José J. Ávalos. En realidad ellos son los que aparecen en la foto autografiada de Villanova, tomada en 1905.

        En la postal la primera firma es la del autor de la dedicatoria: Adrián Patroni. Como hemos dicho era un sindicalista que formaba parte de la comitiva de recepción en el puerto. Patroni nació en Montevideo, el 5 de abril de 1867. Vivía en el barrio de Balvanera, en calle Belgrano 1929, no muy lejos del Mercado del Abasto.

        También aparece la signatura de Horacio Tort, justo en el centro.
         Debajo rubrica C. [Carlos] Larroudé, Tte [Teniente]. 
        A la izquierda, el mayor Esteban García, que había sido condenado a 6 años de prisión. 
        Del lado derecho, está la firma de Leopoldo Vivanco, Subteniente, con igual condena de 6 años.
         Debajo aparece C. Gardel.

        La firma del subteniente Leopoldo Vivanco está superpuesta a la de C. Gardel. Si tuviésemos acceso al original podríamos verificar, entre otras precisiones, si las escrituras se hicieron el mismo día, y/o con la misma pluma.

Vistas de la Argentina

          La tarjeta —adquirida con toda probabilidad en Buenos Aires— pertenecía a las ediciones de Aquilino Fernández, un fotógrafo aficionado que a comienzos del 900 había montado su editorial, de efímera existencia, en la calle Victoria 1958 (actual Hipólito Yrigoyen), donde publicaba sus propios diseños.
Anuncio publicitario de 1903 de las tarjetas postales de Aquilino Fernández, miembro de la Asociación de Fotógrafos Aficionados Argentinos. Editaba postales con paisajes de Argentina. 
        Aquilino nunca se acercó a la Patagonia para fotografiar esos parajes, de modo que los amigos de Villanova se tuvieron que conformar con adquirir la número 87 de la serie, en la que al menos se ve una embarcación, a tono con la irónica dedicatoria; reproduce una panorámica del Puerto de Bajada Grande, Paraná, Provincia de Entre Ríos. Era un souvenir usual, tal como prueban las dos reproducciones que exponemos a continuación y que llevan al dorso sellos de correo, fechadas el 29 de diciembre de 1903 y 4 de octubre de 1905. Que sepamos jamás fueron reimpresas. El anuncio más antiguo que hemos conseguido es del año tres. De modo que la tarjeta de Villanova se tuvo que adquirir y firmar en la fecha indicada, pues hubiese resultado muy dificultoso conseguir este modelo específico si hubiesen transcurrido más años .
Postal idéntica a la de Villanova. Fecha: 29 diciembre 1903.
Postal idéntica a la de Villanova. Fecha: 4 octubre 1905.
 ¡Ponéle la firma, Pive!
        
        Del análisis grafológico y comparativo de la evolución de la firma de Gardel (ver más abajo) se refleja que la que aparece en la tarjeta es la misma que dibujaba en esa época, y es diferente a la que dibujaba posteriormente (en 1933, por ejemplo). Es imposible que los Villanova –padre o hijo– tuvieran ese conocimiento y fueran capaces de falsificarla con tanta rigurosidad. De modo que esto nos lleva a admitir que el testimonio tiene todos los visos de seriedad, que Gardel pudo acompañarle en el barco en esa fecha y que la tarjeta tuvo que ser firmada al desembarcar.

        El resto de los pormenores del relato también se han corroborado de forma fehaciente: queda comprobada la estadía de dos años del militar en la prisión de Ushuaia. En el Archivo General de la Armada consta que en 1907, el vapor Chaco realizó dos viajes de ida y vuelta al presidio, el primero de ellos con arribo en la fecha indicada por la postal. Incluso documentamos que Villanova y algunos de sus compañeros integraban la banda musical de sus respectivas companías, lo que avala que eran músicos y que pudieron venir cantando junto al jovencito Gardel (16).

 Anécdotas anotadas     


       Los testimonios se multiplican y nos vemos tentados a transcribir algunos relatos que dan idea de cómo pudo ser el paso por la prisión de Gardel. Tienen el valor de narraciones orales, sin constituir por sí mismas una prueba, pero adquieren relevancia en el contexto de los datos que estamos analizando y tampoco puede descartarse que se conviertan en puntos de partida para futuras indagaciones.

      Villanova informó a su familia, en la intimidad, que Carlitos en aquel entonces llevaba el mote "La Calandria", sin duda por su afición al canto. Según este militar, habría sido castigado por apuñalar a un hombre como consecuencia de una riña (algo que reflejan muchas letras de tango). No obstante lo alojaron en unas instalaciones que se encontraban fuera del pabellón, donde los reos gozaban de un trato menos riguroso. En ello coinciden varios relatos. Para ilustrarlo transcribimos una anécdota vivida en los años '70 por el gardeliano Eugenio Zerba: "en el viejo Bar Ideal, su dueño, un veterano español, serio, obeso y cansino al andar, hablaba de la estadía de Gardel en el penal del lugar. Contaba que Carlitos tenía un trato si se quiere preferencial. No lo mandaban en el trencito a talar árboles, sino que era ayudante de cocina y cantante en ronda de presos, cuando el humor del director daba para ello. Además, en más de una ocasión, el antedicho director, lo llevaba a su domicilio para animar fiestas familiares o vecinales. Según el obeso relator, su paso por aquellos lugares no llegó al año y era muy querido y respetado por su simpatía y buena conducta. El único incidente —por lo menos en su relato— fue durante una trifulca entre los presos en la que alguien destruyó su guitarra. Pero a los pocos días le fue repuesta."

       El dueño del "Bar Ideal" al que se refiere el Sr. Zerba era Don Juan Buezas. La familia, oriunda de Galicia (de Villalonga, provincia de Pontevedra) formaba parte del contingente de primeros colonizadores que llegaron a principios de 1900. Sin embargo, Juan recién se instaló en el Sur en 1929, cuando tenía 22 años de edad. De modo que él nunca pudo conocer a Gardel de forma personal. Su relato debe provenir de lo que le contaron sus familiares y otros vecinos; por eso tal vez le llegó como un recuerdo bastante idealizado. Las condiciones objetivas de los reos eran durísimas en aquella época, también fuera del pabellón.

         La presencia fue confirmada por Manuel Buezas, director de la cárcel de Devoto. Su padre había ejercido como guardiacárcel en la Prisión del Fin del Mundo a principios del XX y tuvo trato con el preso cantor (le pedía que cantara una canción criolla: "Los ojos de mi moza") y ambos se reencontraron en Buenos Aires, muchos años después.

         El actual director del Museo-Prisión de Ushuaia, Carlos Pedro Vairo, recopiló diferentes revelaciones de viejos pobladores confirmando testimonios múltiples y coincidentes: al reo lo apodaban "Carlitos", en la prisión desarrolló su afición a la payada, se mantuvo un pacto de silencio para evitar dañar la imagen del popular y querido artista, etc. Así se lo certificaron a Vairo los Buezas, los familiares chubutenses del compositor Villa-Lobos, entre otros.

         Lo que otorga valor a tales testimonios es que son múltiples y coincidentes y provienen de personas que jamás profundizaron o estudiaron la vida del cantor, y por ende están incapacitadas para crear un "rumor imaginario" tan detallado y coherente con datos de la realidad histórica.

       Todos por ejemplo coinciden que la fecha de detención habría sido hacia 1906-1907 (dato muy importante), que la estadía fue corta, que lo alojaron fuera del edificio principal, etc. 

       Inciso a parte merece el tema de la edad: según Villanova, el cantorcito decía tener veintitrés años. Oficialmente, según su documentación legal, debía tener 20 años (o 17 años, para quienes consideren que nació en 1890). Hoy es sabido que en la intimidad El Zorzal se decía nacido en 1884, según testificaron múltiples informantes y amigos suyos. Hasta el final de su vida, en la intimidad, siempre confesaba más edad que la señalada por sus documentos. ¿De qué otra manera pudo Villanova conocer esta circunstancia si no fue por boca del propio interesado?


 Villanova en Villa Urquiza

        El supuesto reencuentro se produjo veintiséis años más tarde, en los camerinos del Cine Teatro 25 de Mayo, en Triunvirato 4440. Pese a los esfuerzos por documentar la existencia de tales recitales en Villa Urquiza, poco y nada se sabía al respecto, hasta que por fin, en 2008, un vecino de la localidad, Oscar Traviesas, presentó un anuncio de 1933 con los shows ofrecidos por el astro los días 9 y 10 de septiembre, resultando ser sus últimas presentaciones por los barrios porteños. Es por tanto un nuevo hecho que se ha podido constatar de manera inequívoca, 75 años después, y contribuye a fortalecer la veracidad global del relato de Villanova (17).

          Que el encuentro se produjera en la localidad de Villa Urquiza tiene su explicación. La familia Villanova siempre fue muy nómade, de una provincia a otra, sin un lugar fijo de residencia por demasiado tiempo. Pero en septiembre de 1933, fecha de las actuaciones de Carlitos, los Villanova vivían en la Calle Blanco Encalada y Pacheco, a una cuadra y media de la Avenida Triunvirato.

        Tras la reunión, Gardel graba el tango "Al pie de la Santa Cruz". La única nave-prisión que tuvo el nombre "Santa Cruz" es la que alojó en 1905 a los militares sublevados. Fue retirada de servicio en octubre de ese mismo año (ver nota 2). Siendo así, la canción sólo puede estar refiriéndose a ese hecho histórico, y a ningún otro.

         Como hemos visto hasta aquí, cada pieza del rompecabezas encastra a la perfección. Demasiadas coincidencias para atribuirlas a un puro azar.
Desembarco de presos en el muelle del presidio.
De puño y letra

       A continuación comparamos la firma de la postal, con otras firmas de Gardel, de distintos periodos, desde 1904 a 1935 teniendo en cuenta que la rúbrica de cada persona va cambiando con el paso del tiempo. 
Firma en la postal de Villanova. Febrero de 1907.
       A la derecha indicamos el año y de dónde fue extraída cada firma, si acaso iba acompañada de una huella dactilar lo consignamos a la izquierda. El cantor siempre usó el nombre Carlos, que consideraba suyo, empero el apellido lo mutaba –Gardes, Gardés, Gardéz, Gardel, Garderes...–. Tal vez por ese motivo el dibujo de la C se mantuvo más estable que el de la G.

        La C en la postal de Ushuaia coincide con la que Carlos dibujaba en similiar período (es parecida a la de 1904, y distinta a otras posteriores). La G ofrece alguna duda más pues está hecha con trazo descendente. Realizando pruebas adicionales, con la firma del expediente policial de 1915 y de la cédula Nº 383017, del 8 de octubre de 1923, ambas dibujadas como si fueran minúsculas, confirmamos que la inclinación y morfología del trazado es idéntica en todas las comparaciones.
Cédula de Identidad Nº 383017, del 8 de octubre de 1923.
        La coincidencia de los rasgos descendentes es absoluta, tanto en ángulo de inclinación, gesto, forma, etc.


        Al encastrar los rasgos de las ges iniciales, automáticamente coinciden el resto de los caracteres.

Firma de 1915 (en color rojo) superpuesta a la firma de postal de 1907.
Firma de 1923 (en color verde) superpuesta a la firma de postal de 1907.
        Se intentó descalificar la dedicatoria alegando que El Máximo nunca escribía "C. Gardel". Tal abreviatura pudiera significar que quiso ocultar su identidad (por eso omitió el nombre y usó un apellido falso). Sin embargo en otros momentos de su vida firmó de la misma manera. A continuación exponemos una foto de los años '30 autografiada con la frase: «Al señor [Pedro J.] Medeiros, afectuosamente: C. Gardel».
Foto autografiada como "C. Gardel", para el señor Pedro J. Medeiros, hombre de campo oriundo de Valle Edén.
        El manuscrito de "El Poncho del olvido", poema de Andrés Cepeda transcripto el 2 de marzo de 1912 en una hoja conservada por José Razzano, lleva la firma de: «C. Gardel».
Manuscrito de 1912, firmado por "C. Gardel".
        Por lo tanto, ya ninguna duda puede caber que se trata de la signatura del Gran Artista, pues es imposible que "por pura casualidad" dos personas que se apellidaban igual tuvieran "exactamente" la misma escritura, en la misma época y lugar. Y que además ambos fueran jóvenes cantores de música criolla.

       Teniendo la certeza que fue el cantor quien firmó la postal de 1907, corroboramos un hecho adicional muy destacable: se hacía llamar "Gardel" aún siete años antes que estallara la Primera Guerra Mundial. ¿Quizás sea el año del nacimiento de su apellido artístico? ¿Marca acaso el nacimiento del "Gardel Artista"? 


Cambié de nombre, cambié de cara...

        Según los comisarios Raúl Torre y Juan José Fenoglio, los continuos cambios de identidad previos a 1920 parecen reflejar un perpetuo intento del músico por ocultar su pasado delictivo. Los citados autores hacen hincapié en el vínculo que de muy joven mantenía con la banda del poeta y ladrón Andrés Cepeda, amistad confirmada, entre otros, por el payador Francisco Norberto Bianco y por José Razzano, quienes también eran amigos del mencionado bardo. Acotaremos que cuando El Morocho viajó a Brasil en agosto de 1915, fue detenido por la policía de São Paulo en compañía de varios truhanes, entre ellos un tal Yéyaro, alias "Barriga Retobada", que formaba parte de la banda de Cepeda.

        Tras cambiar su identidad haciéndose pasar por uruguayo hijo de los inexistentes orientales Carlos y Berta Gardel, tramitó un certificado de buena conducta que le fue concedido el 15 de febrero de 1923. 

          Mas al repatriarse los restos mortales del querido cantor se crearon varias comisiones para colocar su nombre a distintos lugares de la ciudad. Como consecuencia indeseada, resurgieron viejos prontuarios olvidados… 

          En 1936, Mariano de Vedia y Mitre –escritor, historiador, abogado y el intendente de la Ciudad de Buenos Aires que erigió el obelisco–, se negó a poner el nombre "Carlos Gardel" a una plazoleta, alegando que el fallecido ídolo poseía antecedentes policiales.  
Dr. Mariano de Vedia y Mitre, intendente de la Ciudad de Buenos Aires desde 19 noviembre 1932 a 19 febrero 1938).
       A su vez, Monseñor Gustavo J. Franceschi, capellán de la Penitenciaría Nacional, se apresuró en firmar  artículos en la revista "Criterio", de la cual era director, a fin de evitar que el pueblo tomara como ídolo a quien él consideraba "símbolo de la anarquía en el sentido más estricto de la palabra".
Monseñor Gustavo J. Franceschi, capellán de la Penitenciaría Nacional.
         
Julio Korn —creador del mayor imperio mediático en Argentina, editor de muchos de los tangos gardelianos, y uno de los principales impulsores de la teoría "francesista", junto con Armando Defino— integró una comisión para cambiar el nombre de la calle Corrientes por el de "Carlos Gardel". La iniciativa fue abortada cuando salieron a la luz los antecedentes policiales del homenajeado, antecedentes de los que Korn ni siquiera quiso dar detalles a su propia familia (Barsky, 2004, p. 77).

Julio Korn. Dueño de La Canción Moderna, Radiolandia, y otras importantes publicaciones.
      Juan José de Soiza Reilly —popularísimo periodista y speaker de radio El Mundo— declaró poco antes de morir, que el prontuario había sido estudiado por Debenedetti y se decidió finalizar con los homenajes debido a los antecedentes (no muy graves) que allí figuraban. Reilly deja sin aclarar si se estaba refiriendo a Juan Alfredo Debenedetti, importante funcionario policial de los años '30, o a Juan Virgilio Debenedetti, 42º intendente de la Ciudad de Buenos Aires.

Nuestro hombre en París


          La ida a Francia y pronto regreso de Gardel y Razzano, a comienzos de 1924, es un asunto poco profundizado por los investigadores, a pesar de lo curioso del suceso, y las implicancias que podría acarrear.

          El dúo debutó en España, como parte de la Compañía de Matilde Rivera y Enrique De Rosas, en el Teatro Apolo de Madrid el 10 de diciembre de 1923. Sus exitosas actuaciones —que fueron presenciadas por la reina Eugenia Victoria y la Infanta Isabel de Borbón— se extendieron hasta mediados de enero en el teatro Price.

          La compañía rioplatense prosiguió su larga gira por varias ciudades de España e Italia, pero Gardel y Razzano se separaron del grupo a mitad de enero. Algunos autores dicen que fue porque "cobraban un alto estipendio", pero es un argumento cuestionable pues resulta difícil creer que cambiaron las condiciones contractuales en plena gira, tan lejos de Buenos Aires. Lo más probable es que pesara en ellos la cercanía con La Ciudad Luz y la tentación de conseguir un contrato firme, al igual que lo habían hecho muchos amigos que venían triunfando con sus tangos en París desde hacía muchos años. Cruzaron la frontera solos, sin sus guitarristas Ricardo y Barbieri. 

          Hicieron escala en Toulouse. Pasaron allí cuatro días y rumbearon a la capital, donde fueron interpelados por agentes de la Sûreté que los invitaron a abandonar el país. El 2 de febrero ya estaban embarcando en Barcelona en el "Giulio Cesare". Arribaron a Buenos Aires el 13.

          La mayor parte de los autores hacen silencio sobre qué pudo suceder. Andrés Amil entrevistó al entorno del cantor y confirmó que Gardel y Razzano fueron expulsados cuando las autoridades galas les solicitaron sus antecedentes penales (revista Gente, 1977, p. 10)

          Roberto Cassinelli —compositor, escritor, periodista— explica que hubo problema con el "origen francés de Gardel", (revista Cantando, octubre 1958) lo cual es inviable puesto que el cantor tenía regularizados sus documentos como ciudadano uruguayo naturalizado argentino, sin ningún vínculo legal con Francia.

          El compositor y bandoneonista Manuel Pizarro, residente en París, intervino ofreciendo a sus amigos el asesoramiento legal de Vincent de Moro-Giaffieri,  conocidísimo abogado penalista que asumió la defensa Henri Landrú, el no menos célebre asesino de mujeres (Cassinelli, op. cit.)Pero las autoridades fueron inflexibles. Les obligaron a abandonar el país, a pesar de tener un contrato laboral con monsieur Leon Volterra, dueño del Casino de París, meca del tango europeo (Diario La Razón, febrero 1924).


          Ya en Buenos Aires, El Morocho comenzó a mover contactos, usando las influencias de Manuel Pizzarro, amigo personal del flamante presidente argentino, Marcelo Torcuato de Alvear, amistad reforzada durante los muchos años de estadía como embajador en Francia —en 1922 viajaron juntos a Argentina al asumir (José Gobello, 2002, p. 50)—. El nuevo mandatario conocía personalmente a Gardel y admiraba su música. A través de Pizzarro, se concertó una audiencia con Florencio Parravicini –popular actor teatral– para tratar de manera directa el problema del amigo mutuo y conseguir limpiar su legajo y borrar sus antecedentes, tanto en Argentina como en la embajada francesa (Amil, op. cit.). Parravicini era hijo de un acaudalado coronel argentino que dirigió la Penitenciaría Nacional y era además nieto de un marqués italiano, muy adinerado e influyente en la alta política argentina; de joven había pasado algunos años en la Patagonia con los salesianos, conocía a todas las autoridades de la cárcel de Ushuaia.

          Lo concreto es que los muchachos del Abasto, como los hermanos Pizarro (Manuel, Domingo, Salvador y Juan), el bandoneonista Carlos Filipoto, el guitarrista Celestino Ferrer o el bailarín Benito Bianquet (alias El Cachafáz)… triunfaron con sus tangos parisinos al menos una década antes que lo lograra el propio Rey del Tango, para quien las puertas gabachas se le abrieron de par en par recién en 1928. A partir de esa fecha se evitaron los problemas policiales y las expulsiones.
Gardel en 1915 con sus amigos del Abasto, varios de ellos triunfaron en París con el tango años antes que lo hiciera el propio Rey del Tango.

Fichado

         Saber a ciencia cierta cuáles pudieron ser los "delitos" del Gran Carlitos parece una tarea compleja.


         Los expedientes judiciales en lo penal se conservan por treinta años, luego se procede a su incineración. Eduardo de Santiago, ex-comisario uruguayo gestor de los papeles del cantor borró parte de los vínculos de El Mudo con su pasado al momento de regularizarle su identidad jurídica en 1920. Y luego los testimonios nos hablan que el propio Alvear ordenó destruir los expedientes más comprometedores.

         La destrucción u ocultamiento documental continuó antes y después de su fallecimiento del protagonista. Hasta nuestros días.

         Y a pesar de todo...

         El primer antecedente que conocemos es una curiosa ficha policial de septiembre de 1904, donde declaró llamarse "Carlos Gardéz". Había sido detenido en Florencio Varela, en una zona de prostíbulos, y dijo ser menor de edad (14 años) nacido en "Tolosa", Francia, habiendo llegado al país hacia diciembre de 1890, a los 6 meses de edad. Permaneció en la cárcel prácticamente una semana entera desde el domingo 11 de septiembre hasta el sábado 17, día en que figura como retirado por su padre (?).

        Recién en octubre de 2012 Martina Iñiguez y Ricardo Ostuni pudieron localizar el prontuario policial de agosto de 1915 que se daba por perdido, pero por suerte había sido conservado y ocultado por particulares. En ese trámite declaró llamarse "Carlos Gardel", y ser  argentino, nacido en La Plata (¿en el barrio "Tolosa"?) un 11 de diciembre de 1887. Solicitó su cédula de identidad argentina, presentando acta de nacimiento y libreta de enrolamiento falsificadas. Figura con el apelativo «El Pive Carlitos», sindicado como estafador por medio del "Cuento del Tío". El código de identificación es el mismo que en la ficha policial de 1904: prontuario Nº 25.310, sección I (i), serie J.


La ficha policial de 1904 (arriba) tiene el mismo código de identificación que el prontuario de 1915: Nº 25.310 IJ (resaltado con círculos rojos). 
        En el prontuario de 1915 está registrado ese ingreso en Florencio Varela, como "menor fugado", nacido en 1887 (16 años). Por tanto en 1907, fecha de la postal de Villanova, figuraría con una edad de 19.
En el prontuario de 1915 figura asentado su ingreso en comisaría en 1904. 
         Después de 1920 adopta de forma definitiva la identidad de Carlos Gardel, nacido el 11 de diciembre de 1887, en Tacuarembó, Uruguay. 

          Como vemos, fue cambiando de apellido, año y país de nacimiento: Francia, Argentina y Uruguay. Pero las huellas dactilares nos certifican que se trata siempre de la misma persona.
Las huellas dactilares de los tres expedientes. Un ojo entrenado puede captar a simple vista que son idénticas entre sí.
        Superpuestas denotan una concordancia completa.


La superposición de las huellas demuestra una coincidencia absoluta.
        Existe además otra ficha policial registrada el 2 de abril de 1907 en la seccional 5ª de Parque Urbano (hoy Parque Rodó), Montevideo, hallada por Avlis (Erasmo Silva Cabrera) y publicada en 1967. Declara ser "Carlos Garderes", y haber nacido en Uruguay en 1887, ser empleado de la empresa "La Comercial" y residir en la calle Recinto 185 de la capital. Fue detenido por altercados en una zona de prostíbulos. En el cuerpo de actuaciones se asienta que es conocido con el alias de «Carlitos» y que suele trastocar su apellido. Al momento de la detención estaba en compañía de un amigo, Pablo Belén, de 27 años, oriundo de Tacuarembó.
Prontuario de 1907, en Montevideo, a nombre de Carlos GARDERES.
        Las comparaciones grafológicas señalan que pudiera ser la firma de Gardel, más estilizada, con florituras. Podríamos ponerlo en duda, pero un minúsculo fragmento filtrado de otro prontuario porteño que se mantiene inédito, revela una nota anexa fechada el 31 de enero de 1913, a nombre de "Carlos Gardes, francés, 22 años" (la edad corresponde a la de Charles Romuald Gardes). A continuación el informe policial añade: "existiendo con [el] nombre de GARDERES el pront[uario] a15861 [sección] CA [Capital Federal]".
Único fragmento conocido del prontuario de 1913. Gardel figura con el alias Carlos GARDERES.
        Vale decir que el expediente de Carlos Gardes está vinculado con el de Carlos GARDERES. Coincide nombre, pseudónimo, firma.…

        Hay que resaltar el número de identificación, A-15.861, pues según lo recogido por varios cronistas corresponde a la persona encarcelada en Ushuaia. En la revista "Todo es Historia", número 329 de diciembre de 1994, página 91, el gran historiador Gerardo Bra confirma que: «Hemos visto en diarios de la época sentencias de tal carácter por robos reiterados; en consecuencia, se le debe prestar atención a un tal Carlos Garderes (prontuario de identificación N° 15.861, expediente 55.233) que algunos relacionan con el famoso cantor.»

        El prontuariado en Ushuaia y Carlos Gardel tienen el mismo número de identificación: 15.861 (¡!).

        Y hay más: observando la foto de la portada del expediente de 1913 –publicada en la revista Gente, en 1977 con el asesoramiento de Espina Rawson–, en el margen inferior izquierdo hay un número "tapado" con un pequeño rectángulo azul. Al ampliarlo se logra ver la cifra: 55.223. El mismo número que el detenido en Ushuaia (¡!)

         En la citada revista, página 10, se reproduce un artículo de Andrés Amil quien refiere la existencia del prontuario abierto en 1915  y afirma: "Pocos saben también que el cantor estuvo preso en Ushuaia en el año 1907".

        El actual director del Museo Marítimo y Presidio ushuaiense, Carlos Vairo, está convencido que estos prontuarios (de 1913 y 1915) revelan que Gardel es la persona que estuvo en prisión al menos dos meses (tiempo que tardaban los barcos carcelarios en ir y volver): «en 1996 dos comisarios me advirtieron sobre la existencia de este documento, pero yo nunca lo vi. Ojalá permita confirmar esta versión y poner los hechos en su justa dimensión».

        Por tanto, el prontuario de 1913 parece tener las claves para la resolución del enigma pero por algún motivo jamás se publicó íntegro. Desde hace por lo menos 20 años el expediente ha desaparecido de la Caja de Seguridad Número 9 del Museo de la Policía Federal, dónde debía estar.

        Cuando se logre recuperar este documento, aparecerán las respuestas definitivas sobre el asunto de Ushuaia y otros intríngulis, tras cien años de ocultamiento.

Ambiente

         Tomás Ferro —padre del brigadier mayor Alberto Nicolás Ferro Sessarego, aquel que en 1955 opuso resistencia en Córdoba a Eduardo Lonardi durante la revolución antiperonista— era dueño de un almacén con despacho de bebidas en el barrio de Almagro, a pocas cuadras de calle Yerbal, y confirma que «Por aquel entonces, Carlos Gardel, que recién salía del Penal de Ushuaia solía visitar el boliche» (Maximiliano E. Korstanje, Revista de Antropología Experimental nº 6, Universidad de Jaén, España. 2006, pp 257-256).

         Rafael Iriarte —guitarrista y compositor— le conoció ese año: «Fue en 1907, en casa de mi compañero de siempre, Domínguez. Se festejaba un cristianamiento y entre los concurrentes a la reunión se encontraba un muchacho cantor apodado "El Morocho". Durante esa fiesta de mi recuerdo, cantó como él sólo sabía hacerlo mientras manoteaba las cuerdas de mi guitarra. (…) Por esa época Gardel cantaba en los comités, como el regenteado por Felipe Gómez, situado en Quito entre Mármol y Muñiz. En ese comité, al igual que en muchos otros, se jugaba, y a ellos acostumbraba caer el "Morocho" para procurarse unos pesos. Ya poseía una innata simpatía que más tarde lo llevaría a conquistar todos los públicos».

         A tenor de la ficha policial montevideana, de abril de 1907, podemos deducir que a poco de regresar del Sur se refugió unas pocas semanas en el barrio de Almagro, y pronto cruzó el Río de La Plata.

        Lorenzo Bicain, cieguito cantor, íntimo amigo, confirma este punto y declara que ni bien llegó a la capital Carlos se puso a trabajar en "La Comercial", un ferrocarril que unía el centro con el balneario de Los Pocitos, desde Manga hasta Maroñas. 
"La Comercial" inaugura su primer tren eléctrico el 19 de noviembre de 1906.
        Efectivamente, en la citada ficha policial montevideana Carlos Garderes aparece registrado como empleado en la empresa "La Comercial".
Mantenimiento de vías y trenes. Uno de los oficios que se aprendían en el presidio de Ushuaia.
         Asimismo, varios testigos lo vieron cantando en "El Templo Inglés", que estaba en la calle Brecha, esquina con Recinto: la misma manzana donde dejó asentado su domicilio el detenido "Carlos Garderes". 
El Templo Inglés, en las calles Brecha y Recinto, donde Gardel dio su domicilio en 1907.
         Ramón "El Loro" Collazo, de quien El Máximo grabó el tango "Pato", nos recuerda que esa era una zona llena de prostíbulos, y sobre la calle Recinto estaban los de más baja condición. Las mujeres vendían su cuerpo por unos pocos centésimos. Las compañeras de oficio se burlaban diciendo: "¡Ché, vos vas a terminar en Recinto, ocupándote por tinguiñazos!" [es decir, recibiendo un cliente tras otro] (18). 

         En aquella corta pero afamada calle del bajo fondo montevideano se ubicaba “El Pinchazo”, en la esquina con Pérez Castellanos, una fonda de malevos y atorrantes, con piso de pedregullo y ventanas sin vidrios (Gonzalo Vázquez Gabor. "De Carlos Escayola a Carlos Gardel", Ediciones Torre del Vigía, 2013, p. 71).
 

         Existe una anécdota interesante sobre Gardel y la mencionada fonda. Cuando su época de fama su morada francesa estaba en la Rue Le Ville 27, y como sucedía habitualmente la misma también era ocupada por varios de sus bohemios amigos. Un día al entrar encontró tanto humo, que gritó: «¡Ché! ¿Yo alquilé un departamento o la fonda El Pinchazo?». La susodicha anécdota fue narrada por Roberto Maida (autor de "Aquellas cartas", y otros tangos) y publicada en la Revista "Así", número 111, del 25 de junio de 1965. Maida, que era Italiano y conoció al divo en Barcelona recién en 1928, nunca habrá tenido ni idea qué lugar era "El Pinchazo" (salvo que El Morocho se lo haya explicado).

         Es factible pues que Gardel diera sus primeros recitales como cantante profesional en esa barriada, donde la canción folclórica iba de la mano del naciente tango, que todavía era procaz y marginal. En tan denso ambiente para nada hubiese sido extraño que se produjése algún altercado que motivó su comparecencia en la seccional Quinta.


          Cerca de allí, en calle Colón 217, un conocido suyo, José "Cielito" Traverso, tenía una casa de alterne que administraba junto a sus compañeras Amanda y Manuela Escayola, sobrinas ambas del Coronel Carlos Félix Escayola. Cielito se había autoexhiliado en Tacuarembó en 1904, huyendo de la justicia argentina. Escapaba a una posible condena en Ushuaia tras cometer asesinato (19). Ahora tenía la oportunidad de echarle una mano a su amigo, del mismo modo que lo había hecho su hermano Alberto "Yiyo" Traverso, dueño de la mítica fonda O'Rondeman, en el Abasto, donde Gardel pasó parte de su infancia y su juventud.

        Gardel amó a los Traverso tanto como si fuesen familiares de sangre. Sintió un especial afecto por Félix Traverso, el más pequeño, apodado "Felicín". Pero el 5 de mayo 1907 Felicín fue acusado de asesinar al joven Francisco Cattadi. Lo apresaron cuando intentaba huir a Uruguay. Fue juzgado y condenado, y murió poco después tras las rejas, en circunstancias poco claras. Apenas si había llegado a cumplir los veinte años de edad.


          En esos ambientes Carlitos fue trabando amistad con todo tipo de malevos y malhechores, verbigracia "El pardo Agusto", "El Morocho Aldao", "El Noy"... Este último se llamaba Juan Mayano, era de origen uruguayo. Cada dos por tres lo "engayolaban". Sus andanzas culminaron a los 26 años, con el cuerpo cocido a balazos. Fueron recordados por Enrique Cadícamo en el tango-homenaje compuesto en 1936:


Dónde estarán los puntos del boliche aquel,
en el que yo cantaba mi primer canción.
Y aquellos patios donde pronto conquisté
aplausos tauras, los primeros que escuché.
Dónde estarán Traverso, el Cordobés y el Noy,
el Pardo Augusto, Flores y el Morocho Aldao.
Así empezó mi vuelo de zorzal...
Los guapos del Abasto
rimaron mi canción.


(Enrique Cadícamo, "El cantor de Buenos Aires", tango 1936)

Primeros principios

           El propio cantor consideraba que su "verdadero" debut profesional fueron los recitales de Montevideo. Así lo confesó a la revista barcelonesa “Popular Film” (nº 336, 1933):

           «En Montevideo organicé mis dos primeros conciertos, en el que me acompañaron dos camaradas de mi misma edad. Yo cantaba y mis amigos me acompañaban con una guitarra y un bandeón [sic], instrumentos no muy nuevos, porque no teníamos dinero para procurarnos otros mejores. Luego fui a Buenos Aires [¿1908?], donde me presenté como cantor “amateur” de canciones típicas de la Argentina, dando conciertos en todas las sociedades locales. Por entonces empecé a componer mis propias canciones.»
Reportaje a Gardel. Revista "Popular Film", nº 336. Barcelona, 1933.
          Y para mayor seguridad, existe una demostración contundente de su paso por la capital oriental y es un retrato suyo tomado por el sordomudo Ernesto Ucar, cuyo estudio estaba en la esquina de 18 de Julio y Arapey (hoy Río Branco). El sello con el nombre de Ucar, en cuño seco, en el ángulo inferior derecho, nos permite deducir la antigüedad de la foto. Según la "Guía del Siglo", hasta el año 1899 el titular de los estudios fotográficos "El Indio" era Heráclio J. Mercader. En 1900 éste se asocia con Ernesto Ucar y la razón social pasa a ser "H. Mercader - E.Ucar" y es a partir de 1903 donde en el sello sólo aparece el nombre de "Ernesto Ucar, retratista” tal como figura en la Guía de la R.O.U., página 353. Tal vez se tomó hacia 1907 y se trate de un retrato artístico para repartir entre el público, ya que se ha conservado alguna copia autografiada.
Se suele fechar esta retrato entre 1905 y 1907. Por la antigüedad del membrete, es posterior a 1905.
         Han sobrevivido al menos dos copias originales. Una de ellas se conserva en el Archivo General de la Nación, donada por el Sr. Director del mismo, Don Miguel Unamuno en el año 2001. La otra copia está en posesión de la Fundación Internacional Carlos Gardel, dirigida por Walter Santoro, la cual viene dedicada de puño y letra: “En prueba de amistad y cariño a mi amigo Pedro Guzzatti, Carlos Gardez”. La firma coincide con la del expediente policial de 1904 y en ambos firma con el apellido Gardez (con zeta final).

El sello en cuño seco en el papel, indica que es autoría de Ernesto Ucar, retratista. De "Fotografía del Indio", calles 18 de Julio y Arapey, Montevideo.
Conclusiones, sin concluir.

          Unidas las diferentes piezas del puzzle parece vislumbrarse que la versión de Villanova, junto a la de otros múltiples testigos, es veraz.


         Se puede alegar –y con razón– que tal vez Gardel firmó la postal de Villanova en el puerto de Buenos Aires en 1907... pero quizás la firmó en otro momento, varios años después. La tarjeta sola de ningún modo prueba que estuvo preso. Pero entonces ¿cómo explicar la cantidad de testimonios independientes al respecto? ¿Porqué la postal es de principios de siglo? ¿Porqué la firma es la misma que dibuja Gardel en 1904?

       
Pero lo que da fuerza de prueba a las palabras del teniente Villanova es que son muchos los testigos independientes que han confirmado la presencia de Gardel en Ushuaia. Los relatos encajan entre sí, sin contradicciones, lo cual sería imposible si se tratáse de un grupo de mitómanos, inventando una historia. Asombra la calidad de los deponentes: exhimios historiadores, militares de alta graduación, funcionarios policiales de alto rango, periodistas probos, religiosos incapaces de levantar falsos testimonios... Constituyen un grupo excepcional, sin intereses creados en torno a la figura del mito. Y sobre todo: son personas que estuvieron en el lugar de los hechos, o vinculadas a alguna etapa del proceso: el director de la Penitenciaria Nacional, el capellán del presidio de Ushuaia, religiosos que trabajaban con los presos, guardiacárceles, compañeros del detenido... O son los testimonios y pruebas aportadas por algunos de los más eminentes historiadores que ha tenido Argentina, con bien ganado prestigio, objetividad y solvencia, teniendo ellos las herramientas conceptuales y casuísticas necesarias para diferenciar la verdad de la mentira. La firma en la postal descarta que se estén confundiendo con otro joven aficionado al canto criollo que se llamara igual y tuviera "la misma" firma y edad similar.
 
           Siendo así, es importante seguir indagando para saber la verdad. Cada pormenor de una posible condena en el Sur resultará vital para la correcta construcción de una biografía completa, como indicativo de su situación social, sus amistades, argumentos para los cambios de identidad, etc. Pero todavía más como reflejo estético e ideológico en su obra ya que hay muchas referencias a la experiencia carcelaria en la extensa obra gardeliana. Los protagonistas de sus tangos habitan el ambiente del hampa y tienen un fiel reflejo, por lo general simpático y comprensivo para con los de más baja ralea ("Malevito", "Dos en uno", "Araca la cana", "As de Cartón"…); el lenguaje lunfardezco de las canciones es la jerga de los rufianes. ¿Afinidad con los códigos del ambiente? ¿Vivencias directas? 

          Asimismo, de forma subliminal prima la selección de un repertorio que refiere al desconsuelo por el abandono, la pérdida de libertad. Se repiten conceptos como la soledad, el frío, la nieve... o sentimientos de impotencia, angustia, tristeza, opresión… Algunos localizan mensajes concretos hasta en las letras más abstrusas, y ven en la inédita marcha "Adelante"  un homenaje al anarquista Simón Radowitzky, preso en Ushuaia… A priori deben evitarse tales extremos y hacer una evaluación mesurada. Tal asociación de ideas puede hacernos creer que todo habla, directa o indirectamente, de aquella experiencia. Por ejemplo, en su etapa inicial graba "Pobre mi madre querida", siendo la pérdida de la madre otra de sus obsesiones: ¿qué nos impediría deducir que ese miedo a la perdida materna afloró durante su etapa en cautiverio?

          La personalidad de quien vive una experiencia límite, se modifica. Al igual que el árbol asotado por la tempestad, se quiebra o se fortalece, logrando sobreponerse a duros golpes de la vida, haciendo valer el lado amable y luminoso de su humanidad. Su estancia carcelaria en Ushuaia –si existió– sin duda marcó al futuro divo. Quizás en la música encontró una herramienta para evadirse de la cruel realidad, o fue la fuerza catártica necesaria para expresar toda su tragedia interna. Tal vez ahí radica parte del hechizo inmortal de su voz, del hombre que lleva "una lágrima en su garganta".

           Algunos fanáticos gardelianos considerarán ofensivo, o imposible, que su ídolo estuviese en la cárcel. Pero si los prontuarios revelan que en sus años mozos fue un estafador de poca monta a través del "cuento del tío", o un niño que robaba frutas en los mercados,  y que terminó en la cruel cárcel de esclavos, auténtico Gulag sudaméricano,  campo de trabajo y castigo de criminales, de políticos, de obreros, de niños, o de poetas.... ¡Cuánto más valor cobra entonces la conducta del gran Carlitos, como hombre de bien, COMO UN SER HUMANO EXCEPCIONAL que fue hasta el día de su prematura muerte! Su deuda con la sociedad, si es que alguna vez tuvo alguna, la pagó con tanta generosidad que será recordado con amor y vivirá por siempre en los corazones donde anide la poesía.

           De la derrota de las debilidades nace siempre la mayor fortaleza. Y es así como Carlos Gardel se transforma en un ejemplo de fortaleza y superación; en un referente para las nuevas generaciones.

          Añadiremos un dato que en el contexto de todo este trabajo investigativo resulta algo más que curioso, y  quizás a muchos les invite a reflexionar... La película que Gardel pensaba filmar a partir de septiembre de 1935, producida por Paramount y escrita por Alfredo Le Pera, iba a llevar por título: "Yo fuí un ladrón" ("I was a chief").

Reos y tangos reos

          El recordado escritor Juan José de Soiza Reilly –ardiente defensor del tango–, confesó en 1959, poco antes de morir, que conoció el prontuario de Carlitos "por el robo de unas gallinas" ¿Sabría algo más? A principios de 1933 la Revista Caras y Caretas le envió a visitar la prisión de Ushuaia para encontrarse con los mayores "monstruos" del país: "El Petiso Orejudo", pirómano y asesino de niños, o Miguel Ernst, alias "Serruchito", frío criminal, que descuartizó a su socio, Conrado Schneider, arrojando el cuerpo a los lagos de Palermo… El susodicho suceso quedó reflejado en algunas letras populares.

"¿Dónde vas con el bulto apurado?
A los lagos lo voy a tirar.
Es el cuerpo de Augusto Conrado,
al que acabo de descuartizar".
(Anónimo, 1915, sobre música de La Verbena de La Paloma)

         Con mejor sutiliza y simpatía Gardel lo inmortalizó en el tango "Paquetín Paquetón".

Envolvélo a ese paquete
enrollálo como bola
encajále mucha piola
y a los Lagos lo tirás.
(C. Dedico - G. Ziclis. "Paquetín paquetón", 1930)
El gobernador de Tierra del Fuego, capitán de fragata (R) Jorge Siches (izq.), el inspector Lautaro Castro (dcha. con sombrero), el periodista Soiza Reilly (dcha. con boina) y el descuartizador Miguel Ernst (centro, con birrete).
          Sin embargo, la serie de reportajes de Soiza Reilly termina siendo una alegato a favor de los cautivos. Santos Godino, El Petiso Orejudo, había dejado de ser el niño de mirada perdida que inmortalizaron la crónicas de 1912 y 1914. Un niño que había sido condenado a muerte, pero que luego su pena se convirtió en cadena perpetua en el infierno glacial. Ahora cumplía 36 años y llevaba más de veinte años en prisión. Reilly se encuentra con un hombre desfigurado por las palizas recibidas, al parecer a manos de sus compañeros en represalia por haber matado al gatito mascota. En verdad la violación y los golpes fueron una rutina diaria durante su brutal existencia. Los médicos le habían rebanado una parte de sus grandes orejas, porque opinaban que con ello mitigaban sus impulsos asesinos (los del reo, claro). Sobrevivió en una celda sin que jamás recibiera visitas, ni cartas; nadie se molestó en enseñarle a leer... ¿Para qué? Murió el 15 de noviembre de 1944.

Y en la celda sombría
del lejano presidio
su vida miserable
el penado entregó...
El último recuerdo,
el nombre de la madre,
y su acento tan triste
el viento lo llevó...
(Carlos Pesce. "El Penado catorce", tango 1930)
Soiza Reilly (izq.) y el inspector Lautaro Castro, aconsejan al "Petiso Orejudo" las bondades de rehabilitarse.
          "Serruchito" fue condenado a la pena capital por matar a su socio cuando éste intentó atacarlo con un cuchillo. El presidente Hipólito Yrigoyen conmutó la pena y fue trasladado a Ushuaia. El condenado explica que actuó en defensa propia y el reportero se apiada de su historia: «No es inocente. Pero es un inocente…» y pide a través de las notas impresas que, al menos, lo realojen en condiciones más humanitarias.

La cárcel maldita, lo hundió en sus sombras

cuando en su defensa esa noche mató.

Hoy se ve en su rostro que la huella del dolor
marchitó la vida de aquel hombre en la prisión.
(Jorge Curi, "Culpas ajenas" tango 1929)

          Por otra parte Reilly destaca que la mayor parte de los criminales lo fueron por motivos pasionales: venganzas por una traición amorosa, peleas en defensa del honor, arrebatos bajo los influjos del alcohol… altercados como los que se solían contar en los tangos o en los dramas shakespearianos. 

Y nuevamente en las horas de la noche,

cuando duerme tranquilo el pabellón,

desde la última celda de la cárcel
se oye cantar del punga esta canción...
"¡Araca, corazón... calláte un poco
y escuchá, por favor, este chamuyo!

Si sabés que su amor es todo tuyo

y no hay motivos para hacerse el loco,

araca, corazón, calláte un poco".

 (Alberto Vacarezza, "Araca corazón", tango 1927)


        Reilly comienza a sacudir las conciencias planteando: «Quiero ver a los grandes ladrones, a los grandes asaltantes, nacidos para el mal, que matan sin compasión. Parece ser que la cadena perpetua es sólo para los que matan por amor…»

Allá en la Penitenciaria
Ladrillo llora su pena,
cumpliendo injusta condena
aunque mató en buena ley.
Los jueces lo condenaron
sin comprender que Ladrillo
fue siempre bueno y sencillo,
trabajador como un buey.
(Juan Andrés Caruso. "Ladrillo", tango 1926)

          Le presentan a Roque Saccomano, asesino confeso de una joven telefonista.

          «–Soy inocente– repite una y mil veces Saccomano. 
          –Pero yo he leído su proceso. Allí consta que usted se declaró culpable del asesinato de la telefonista. 
          –Es cierto. 
          –¿Entonces? 
          –¡Mentí! 
          –¿Por qué mintió? 
          –Mentí porque me obligaron a mentir a palos. Me martirizaban. Me enloquecían de un modo que no sé cómo no perdí la razón.»

          Después de quince días sin dormir, con el cuerpo macerado por los golpes de una cachiporra de goma maciza, casi al borde de la locura confesó: "Si, yo la maté. Dejenmé dormir, por favor". Su declaración se toma ante refrendatarios oficiales. Al día siguiente, Saccomano intenta rectificar su declaración. Pide. Ruega. Suplica. Las paredes de las tumbas son sordas. Los jueces se basan en el sumario policial. ¡Qué van a creer en las palabras de un pobre muchacho que tiene algunas entradas por ladrón! Es condenado a presidio por toda la eternidad, y recluido en el averno glacial de la Tierra del Fuego.

Mientras se oye a lo lejos la queja
De esos seres perdidos del mundo,
Como un: ¡Ay!, doloroso y profundo
Que vuelca en las almas un frío mortal.
(Enrique P. Marioni. "Entre sombras", tango 1927)
Roque Saccomano, acusado de matar a una muchacha de un puntapié, confiesa a Soiza Reilly (y a quién quisiera escucharle) que se declaró culpable bajo la presión de las palizas que le dieron, según comprobó su defensor, Dr. Delcasse... Nunca se sabrá la verdad.
          Si hubo un detalle que "quebró" al experimentado periodista fue comprobar que los presos se complacían en adornar sus celdas con anuncios de pasta de dientes, porque en ellos siempre aparece un rostro sonriente. Esta gente, olvidadas en sus catacumbas, necesitaban recordar qué era sonreír, porque en el presidio nadie sonríe, los guardiacárceles tampoco. Quizás por eso un retrato enorme pintado en la pared de la celda 15 mostraba a un Carlitos Gardel con su sonrisa eterna, intentando exorcizar tanta tristeza acumulada. Hace algún tiempo, el Centro de Estudios Gardelianos (C.E.G.)  ha conseguido que se borre ese retrato de la pared porque "ofende" a la memoria del prócer.

Quisiera que alguno pudiera escucharlo
en esa elocuencia que las penas dan,
y ver si es humano querer condenarlo
por haber robado... ¡un cacho de pan!...
(Celedonio Flores, "Pan", tango 1932)

Final sin final

          Desde el principio grupos de militantes, abogados, periodistas y familiares de las víctimas denunciaban la irracionalidad del presidio austral. Justo cuando El Cantor de la Sonrisa Eterna moría, esas denuncias hicieron por fin mella en la conciencia colectiva de la sociedad argentina. Manuel Ramírez, diputado, visitó la prisión en 1935. Las conclusiones de ese viaje hacia lo que él bautizó "ergástula del Sud" (del latín ergastulum, que significa "cárcel de los esclavos") quedaron mecanografiadas en la Cámara. Un memorable discurso:

          «¡Que se levante de una vez la fiera ergástula del Sud, porque desde el punto de vista penal y científico es un absurdo, y desde el punto de vista humanitario afrenta nuestro prestigio, nuestra civilización! (…) Comenzando por su ubicación, por la clase de condenados recluidos, por el régimen de trabajo, por las condiciones sanitarias, por el trato; en una palabra... ¡por todo!»

         Poco después el diario Crítica inició una seguidilla de notas poniendo al desnudo las torturas, violaciones y muertes que tenían lugar en aquellos helados parajes.
 
         El edificio fue cerrado en 1947, por decreto del General Juan Domingo Perón. La totalidad de los expedientes "desaparecieron" como llevados por el viento y nadie debió responder por las crueldades cometidas. Sólo sobrevive el monstruoso edificio, como una herida supurante sobre el paisaje blanco.
Ábreles las puertas... el sentimiento aconseja
Ábreles ya... romped cadenas y rejas,
Y en el corazón suena nuevamente
la nota doliente de aquella canción:
¡Pobrecitos presos... sufriendo están...!
(Enrique P. Marioni. "Entre sombras", tango 1927)

Salió... ya está entre nosotros 
cumplió su condena,
está en libertad,
y piensa formar un nido
de amor y ternura,
de gloria y de paz.
Y echar un manto de olvido
al tiempo pasado de su perdición. 
Luchar y reivindicarse
con todas las fuerzas de bravo varón.
(Jorge Curi, "Culpas ajenas" tango 1929)

Apéndice I: Los Lasserre en Sudamérica

          El Comodoro Augusto Lasserre fue el fundador de la ciudad de Ushuaia. Todos los 12 de octubre se conmemora a este auténtico héroe nacional, nacido en Montevideo, en 1826 y muerto en Buenos Aires en 1906. Fue un titán de la marina en ambos países, y en Chile. Hizo varios viajes a la Patagonia; el más destacado es el que realizó en 1868 a las islas Malvinas. Al año siguiente publicó un importante trabajo descriptivo de las mismas. Meses después viajó a Europa, a fin de traer el primer crucero acorazado de la flota argentina, el "Patagonia", así bautizado en honor a su actuación en el sur. Desde 1890 realizó tareas administrativas, como presidente de la Junta Consultiva de Marina. Pasó a retiro en abril de 1894.
Comodo Augusto Lasserre.
Aún se debate si nació en Montevideo, o en Buenos Aires.
          Es posible que Augusto Lasserre sea familiar de Paul-Jean Lasserre (novio de Marie Berthe Gardes, y padre natural de Charles Romuald Gardes). 
Paul Lasserre es el padre de Charles R. Gardes, según reconoció Berthe Gardes en 1936.
          Esta información nos fue transmitida por los señores Fernando Pérez Tirado –casado con Jacqueline Lasserre– y  Julio Gajardo Vásquez –casado con María Teresa Cembrano Lasserre–. El abuelo de ambas mujeres, el señor Juan Carlos Lasserre Dorlhiac, les entregó un árbol genealógico de la familia realizado en Francia por su cuñado francés, el señor Gerard Gilles, casado con Laure Lasserre Dorlhiac. El Sr. Gerard falleció en 2011, en la ciudad de Toulouse.

          Peréz Tirado y Gajardo Vásquez son historiadores profesionales; encargaronsé de completar el árbol genealógico haciendo investigaciones en Uruguay, Argentina y Chile.

          Otras indagaciones –nuestras en este caso– abren nuevas vías de investigación sobre la presencia de Paul-Jean Lasserre en el Río de La  Plata, pues en las fichas de ingreso al puerto de Buenos Aires, el 2 de febrero de 1889, fue registrado un hombre llamado Jean Lasserre, de 22 años, soltero, sin profesión, religión católica, y nacionalidad francesa. Había partido desde Bordeaux, hacia Montevideo, y de allí entró a Puerto Madero, en el Barco Equateur. Paul-Jean en aquel momento estaba haciendo el servicio militar en Bordeaux, pero si tenía un familiar militar tan importante como el Comodoro Augusto Lasserre residiendo en Montevideo, entonces quizás se le haya autorizado ese viaje hasta Sudamérica como "evento diplomático", los cuales quedaban sin registro en las planillas militares francesas.

          El 2 de abril d 1889, a exactos dos meses después de la supuesta llegada de Paul Jean Lasserre a Buenos Aires, llegan también Jean Gardes –hermano mayor de Berthe Gardes–,  y su novia Joséphine Charlote, anotada como "Joséphine Gardes" –ella luego se convertiría en su segunda esposa–. En los registros del C.E.M.La. figura la llegada de la pareja en dicha fecha, coincidente con un periodo de baja de Jean Gardes, en el 2º Regimiento du Génie (sito en Metz), «con licencia, esperando su pasaje a la reserva que tendrá lugar el 1 de julio de 1889». El viaje fue confirmado por Henri Brune, quien dejó escrito que su tío solía narrarle anécdotas de esa visita a la Argentina y cómo desde allí prosiguió con rumbo a Venezuela, país donde quedó bien documentada su estadía. (20)

          Otras ramas de los Lasserre se instalaron en Chile. El fundador de la zaga fue Jean Lasserre Bigot y su esposa Catherine Chaubet Jeantillot, nacidos ambos en la década de 1800-1810, en la ciudad de Bordeaux, región de La Gironde. Emigraron a Santiago de Chile hacia 1840 con seis hijos (tres hombres y tres mujeres), todos nacidos en Bordeaux. Un séptimo nació en Santiago, Jean Alfred, bautizado el 13 de febrero de 1842 en la Parroquia del Sagrario. Como dato anexo, Henri, un hijo del matrimonio Lasserre-Chaubet falleció en la ciudad de Buenos Aires, el 22 de junio de 1876 a la edad de 46 años.

          La segunda rama chilena fue fundada por Martín Lasserre Larramendy de la localidad de Ordiarp, Sola, del País Vasco francés. Habría llegado en la década de 1880 a la región de la Araucana, y también dejó descendencia en el país.

          Hay un dato que puede ser pertinente. En el álbum de la Colonia francesa en Chile de 1903, se hace un breve repaso de las familias y personas francesas que viven y trabajan en esas tierras. Figuran casi todos los integrantes de la familia Lasserre de las dos ramas referidas anteriormente, pero además aparece un tal "Paul Lasserre" con residencia temporal en la capital chilena, sin filiación con ninguno de los dos clanes. ¿Podría tratarse de Paul-Jean Lasserre que estaba de visita? Si entre 1902-1903 Paul Lasserre estuvo en Santiago, previo paso por Buenos Aires, quizás fue en esa época que se hizo la foto que conservó Marie Berthe Gardes (ver informe) que apareció publicada en la revista la Canción Moderna, en 1936, mientras que él se habría llevado otra copia a su regreso a Francia, hoy en poder de su nieto, François Lasserre. Dicha información podría coincidir en parte con los relatos de Armando Defino, Tito Li Causi, Edmundo Guibourg y Carlos Zinelli, los cuales aseguraron que Paul Jean visitó a Berta en Buenos Aires. Lamentablemente carecemos de más datos sobre la mencionada persona.

          La familia de Paul Lasserre, en Francia, siempre mantuvo fuertes lazos con Latinoamérica. El matrimonio estaba muy involucrado con México, y según la tradición tres parientes fundaron la ciudad de Torreón, en el estado de Coahuila, al norte del país azteca. De hecho, hasta 1965/1966, la señora Clémentine Amiel (última esposa de Paul-Jean Lasserre) disfrutó de una anualidad mexicana de 750 francos. Va de suyo que la referida renta, de oro al principio, fue devaluándose con el paso del tiempo.

          En lo concerniente a la Argentina, Clémentine le confió a sus nietos, François y Raymond, que Paul Lasserre "administraba" allí casinos para su madrina. Raymond Gelos, fue menos sutil y habló llanamente de garitos y burdeles situados a ambos márgenes del Río de La Plata. Ciertamente los llamados "casinos" eran en verdad disimulados prostíbulos flotantes, que iban y venían de una costa a otra, con un cargamento de jovencitas francesas, llevadas siempre de contrabando, gracias al silencio comprado de las autoridades locales.

APENDICE II: Militares detenidos con motivo de la revuelta de 1905



           Establecemos aquí la nómina de los militares que participaron en la revolución de 1905, de los cuales los de menor grado aún revistaban actividad en 1930. A este último grupo pertenecían Eduardo Villanova y sus compañeros. Están agrupados al final del listado y los hemos resaltado en negritas. La importancia de dar a conocer esta información es que puede ayudarnos a identificar a familiares de personas vinculadas con la historia del penal de Ushuaia que tal vez ofrezcan nuevos testimonios sobre la posible presencia de Carlos Gardel en aquel inhóspito sitio. 

Coroneles: Martín Yrigoyen, Mateo Ruiz.

Capitán: Benito Meana.

Teniente-coroneles: Daniel Fernández, Carlos María Fernández, Eduardo Conessa.

Mayores: Esteban García, Aníbal Villanova, Carlos Alberto Uthinger, Tomás A. Figueroa, Alberto Arazandi, Miguel González, Abraham Carrasco, José Díaz, Antonio López, Pedro N. Zeballos, Eusebio Ibañez, Luis Pérez Colman, Marcos Hermelo, José H. Honorato, Cayetano Ramírez, Pedro Figueroa, Julio A. Costa y Pedro Gordillo.

Tenientes Primero: Juan A. Santiesteban, Guillermo Valotta, Tristán Rodríguez, Arturo González, Arturo Orfila, Héctor Benigno Varela, Víctor Tassara, Eleodoro Cross, Eduardo Gibelli, Ricardo Fernández Rojas, Germán Starese, Benjamín Shaw, Tomás Sánchez de Bustamante, Domingo Alba, Pedro Grosso Soto, Rodolfo Martínez González, Ramón Tristany, Eduardo Laurent, José V. Salcedo, Pedro Quiroga, Luciano Cáceres. 

Tenientes: Cecilio Berón de Astrada, José Avelino Mantera, Benjamín Labrán, Juan Rogelio Alvelo, Julio Figueroa, Francisco Reynolds, Felipe Alfonso, Alfredo Correa, Luis B. Covarrubias, Justino J. Alonso, Arturo de los Santos, Amaro Godoy, Francisco Domínguez, Luis M. Vázquez, Máximo Gutiérrez, Everardo Power, Darío Gómez, Hipólito Vegniard, Carlos A. Muzzio Tallón, Nazar Anchorena.

Subtenientes: Guillermo Terán, Juan J. Poclava, Carlos Larroudé, Rufino Gazari, Regino P. Lezcano, Valentín Olaechea, Julio V. Carrasco, Justo P. Acosta, Gerardo Binarchi, Julio Belaúnde, Juan B. Aquino, Horacio Guillermón, Vicente Castañeda, Gregorio Salvatierra, Enrique Lauras, Alberto Martínez, Emiliano Lascano, Aníbal Montes de Oca, Avelino Alvarez, Carlos Ruffer, Antonio Guilera, Pablo Taroni, Carlos Lauradet, Enrique Lalucat, Alberto Lavandeira, Aquiles Solhaune, Leopoldo Vivanco, José Albez, Artayeta, Rosillo, Salinas, Torrealday. 

Farmaceútico: Adolfo Frigerio (del batallón de Rosario, Santa Fe).

Alférez y Ayudantes de Preboste: Carlos Gómez, José D'Andrea, León M. Quaglia, Angel Ignacio Izza, Rafael Méndez, Harmando Verdaguer, Eduardo Dozo, Horacio Maldonado, Eduardo Catán, Epifanio Ferreyra, Emilio Quellet, Juan de Dios Nuñez, Marcos Levalle, Raúl Barrera, Ángel Arias, V. Latorre, Eduardo Villanova, Horacio Tort, José Ávalos, Félix Bravo, Julián Rodríguez Varela, Virgilio Avellaneda, Alberto Meydac, Juan Ledesma.
Presidente Quintana: –¿Esos son los revoltosos?
Cnel. Rosendo Fraga: –Sí, señor; como ve Vuestra Excelencia, gente de prestigio capaz de arrastrar a toda la población. (Caras y Caretas, 11 febrero 1905)
NOTAS:


(1) Mario Zoppi Battes Stella nació en Italia y llegó a Argentina en 1910. Aunque fue mejor conocido por las letras mencionadas, tuvo otras muchas más en todos los ritmos; una producción impresionante por su cantidad, pero con altibajos en sus resultados debido a que muchas fueron piezas de compromiso, o escritas en función de algo circunstancial. Entonces, solía emplear su pseudónimo “A. Wood”. Con esta firma aparecieron también numerosas traducciones y adaptaciones de canciones extranjeras. De su inventario, algunas obras son: Adiós ilusión, Adoro el mar, Ahí va un torero, Al pie de un árbol florido, Alegría del vivir, Álzame en tus brazos, Amores viejos, Anna, Anoche, Appuntamento con la luna, Aquella mañana, Arabia, Arañazo, Arlequín, Así te quiero yo, Bailando este fox, Bajo la nieve, Bel soldatín, Bene bravo bis, Cabecita loca, Candombe del Carnaval, Cartas azules, Casate, Castillos de España, Cero cero, Cha-cha-cha portugués, Chuchi (Linda pebeta porteña), Cinco capullos, Como debes vivir, Condesita, Conga del Carnaval, Consuelo, Contigo del brazo, Corazón herido, Criollo de ley, Cuando llega el amor, Cuando tú quieras, Cuando vuelvas a mí, Cuatro notas al oído, Cuba, Dame la rosa, Datos son datos, De puro corte, Decíme que sí, Desconfiando, Desesperación, Despojos, Diga usted, Discreción, Disimulemos, Dolor, Domitila, Duerme mi amor, Eclipse, El amargao (A las cuatro de la mañana), El arca de Noé, El asalto, El cafetero, El destino, El loco del violín, El terrible, El último domingo, El vals de las parejas, Elvira, Engaño, Escúchame, Evocación, Fin de fiesta, Final de un sueño, Flores de mi jardín, Flores nada más, Fueye hermano, Gran temperatura, Háblame así, Hacéte el oso, Haydée, Her name was Rosita (La Rosita), Huerfanita, Inquietud, Isabel, Juventud deportiva, La Macuca, La pícara pulga, La polca del cartero, La sortija, La tradición, La trenza, La zambomba, Las comadres, Las lloronas, Lo mismo que una flor, Luna siciliana, Mañana será la mía, Mañanita de mis pagos, Mar adentro (Navega mi velero), Maravilloso, Mariposa azul, Merengue gitano, Mezza Italia in Argentina, Mi ensueño, Mi ranchito, La muerte del dragón, Música maestro, Nací en Buenos Aires, Navegando, Nevada (La cautiva), No es verdad, No lo digas jamás, No me digas que no, No pudo ser, No te creo, No te deschaves, No volverá, Nocturno, Nunca, O bella bionda, Pampa hermosa, Pampa y cielo, Paseando con mi amor, Paso cruzado, Pestañas negras, Pichón, Pobre rico, Por nuestra culpa, Por qué, Provinciano y porteño, Puede que sí puede que no, Puntería, Qué calor con tanto viento, Quisiera odiarte, Quisiera tener alas, Rebeldías, ¿Recuerdas anoche?, Rosa Rosetta, Salerito, Se llamaba Nanette, Se va la luna, Si fuera yo presidente, Solamente un beso, Solo un sueño azul, Suena balalaika, Sulla carrozella, Tango Nueva York, Tomá la llave, Tu silencio, Un caballero, Un rincón de soledad, Una noche en Alicante, Una pregunta, Una vida y un amor, Uruguay, Vendaval, Vidrio, Vino de Hungría, Volando volando, Volver a encontrarte, Voto secreto, Yo pude, Yo soy tanguero, Yuyito, Zapatero a tu zapato.
Battistella escribió en 1937, junto a José Le Pera (hermano de Alfredo) el libro "Carlos Gardel: Su vida artística y anecdótica"; uno de los primeros que se publicaron tras el fallecimiento del cantor.
Como empresario, fue el representante artístico de Argentino Ledesma y de Edmundo Rivero.

 
(2) La Armada Argentina dispuso de varios buques para el transporte de prisioneros durante los más de 50 años que funcionó el Presidio Militar de Ushuaia. Las principales embarcaciones eran "Chaco", "Godoy", "Pampa", "Patagonia" y "Ushuaia". También hubo algunos con el nombre "Santa Cruz". La primera fue la goleta "Santa Cruz", también conocida como "Berta", comprada en 1876 por Luis Piedra Buena, por encargo y orden del gobierno argentino, pero nunca llegó a funcionar como transporte de prisioneros. Estaba asignada al transporte y sostén logístico de Santa Cruz a partir de 1879. Al año siguiente encontrándose de regreso de un largo viaje al sur, fondeado en Los Pozos frente a Buenos Aires, se hunde durante un temporal. La goleta "Clytie" construida en Canadá fue adquirida por la Armada Argentina en 1889, siendo rebautizada "Ushuaia", aunque en algunos documentos figura como "Ushwuaia", "Ooshuaia" o "Ushooaia". A partir de 1892 se la reformó para convertirla en buque-prisión y se le puso el nombre de "Santa Cruz". Tras un temporal quedó inservible y fue desguazada por el personal del presidio de la provincia de Santa Cruz en 1896.  Otra nave fue el buque "Santa Cruz", construido en 1920 por la Comisión Naval Argentina en Londres, llegando a Buenos Aires el 28 de diciembre de 1921. Permaneció operativo hasta 1948.
Sin embargo la que nos interesa aquí es la embarcación "Río Santa Cruz", popularmente conocida como "Santa Cruz" a secas (así puede corroborarse al cotejar los periódicos de la época). En ella estuvieron alojados el Teniente Eduardo Villanova y sus compañeros de armas durante el proceso por las revueltas populares de febrero de 1905.
La nave había sido construída para la Norddeutscher Lloyd por los astilleros Cairo & Co., de Greenock, botada el 18 de diciembre de 1868 con el nombre "Ohio". Comenzó a prestar servicios el 8 de marzo de 1869, en la ruta Bremen-Southampton-Baltimore, con capacidad para 84 pasajeros en primera y 717 en tercera. Entre 1876 y 1877 se amplió su capacidad de carga, disminuyendo las cabinas. En 1881 se le cambió la máquina por una AG Vulcan Stetti, acelerando su velocidad a 11,0/12,0 nudos. En 1894 el “Ohio” y el “Frankfurt” son entregados a Sir W.G. Armstrong, Mithell & Co., en parte de pago de los nuevos buque “Pfalz” y “Mark”. Es renombrado “Amazzone” y afectado al transporte de inmigrantes italianos hacia Buenos Aires. Adquirido por la Armada Nacional en 1894, se lo renombra "Río Santa Cruz" siendo afectado al servicio de la costa sur; se designa a su primer comandante argentino, el Teniente de Navio D. Juan Noguera. En 1896 efectúa su primer viaje a Tierra del Fuego, llevando 1.000 toneladas. de carbón para formar un depósito para la escuadra en Lapataia. Su comandante el Teniente de Navio Noguera realiza otros dos viajes al sur. Durante 1897 efectúa cinco viajes redondos a Ushuaia, con entradas en los principales puertos del sur. Su comando lo ejercen los Tenientes de Navio D. Juan M. Noguera (enero abril), D. Zoilo Romero (mayo/junio) y D. Luis Calderón (julio/ diciembre).
En 1899 es su comandante el Teniente de Navio D. José Mascarello. Lleva a Ushuaia el casco de 3.500 toneladas  del pontón "Tiempo" y salva a su regreso a los náufragos del buque inglés "Andrina". Efectúa un viaje a Europa, trayendo carbón. En octubre toma su comando el Capitán de Fragata D. Eugenio Leroux y en diciembre el Capitán de Fragata D. Francisco Torres.
1900. El comando es ejercido durante todo el año por el Teniente Mascarello. Afectado al servicio de la costa sur, realiza cinco viajes redondos entre Buenos Aires y Ushuaia, con escalas diversas en puertos patagónicos, realizando además tareas de relevamiento hidrográfico.
1903. En enero efectúa el salvataje de la barca mercante inglesa "Penny's Castle", motivando el agradecimiento oficial británico. Hasta el 27 de febrero es comandante el Teniente Mascarello, y a partir de esa fecha, lo recibe en comisión el Teniente de Navio D. Jorge Goulu. Realiza en el año nueve viajes redondos entre Buenos Aires, Puerto Militar y Ushuaia. Establece una estación carbonera en Lapataia, ante el eventual conflicto con Chile.
A comienzos de 1905 funciona como prisión para los revolucionarios radicales participantes en el movimiento popular de febrero. El comando lo ejerce el Teniente de Fragata D. Manuel W. Bello, en el primer semestre y luego el de igual grado D. Francisco Casado. En igual tarea que los años anteriores. En octubre entra en reparaciones generales en Dársena Norte. Hasta marzo de 1906 continúa en reparaciones. Es su comandante este año el Alférez de Navio D. Octavio de la Vega "en comisión". A partir de 1907 deja de ser mencionado en las crónicas y papeles navales con su nombre. No ha habido un cambio de nombre, y no se registra su venta en el A. G. N., ni en las Memorias de Marina correspondientes a los años posteriores de 1900. Es probable inclusive que haya sido transformado en pontón carbonero, y extraviado la documentación pertinente, ya que por su porte y estado, es raro —sino imposible— que fuera utilizado como blanco para los cruceros acorazados.

(3) Orlando del Greco. "Carlos Gardel y los autores de sus Canciones" (Akian Ediciones, 1990, págs. 58-59.) Además de Amor perdido Gardel grabó tres tangos atribuídos a Bonessi: De flor en flor, Matála y Echaste buena.

(4) Isla de los Estados es el territorio más oriental del archipiélago fueguino. En 1884 la Armada Argentina construyó en la bahía de San Juan de Salvamento el faro, un cuartel de prefectura y una cárcel militar. La idea era crear una colonia de habitantes fijos, un poco como en Australia, a partir de los reclusos. Pero el 6 de diciembre de 1902 hubo un motín en Puerto Cook. Se fugaron 51 presos en dos barcos balleneros, luego de matar a dos guardias. Fue así que las autoridades argentinas se decidieron a inaugurar una cárcel más segura en Ushuaia. Por tanto, la historia que narra el tango "Amor perdido" transcurre antes de 1902 y Gardel lo compuso en 1923.

(5) Gardel debuta discográficamente en abril de 1912, grabando 15 canciones criollas. "El prisionero" es la cuarta y corresponde a la matriz 56751. Se desconoce su destino, o su contenido, ya que nunca se ha podido localizar ni la matriz ni ningún disco editado.

(6) Citamos las fuentes a lo largo de esta nota. Muchas de ellas fueron recopiladas de forma parcial por varios autores, entre ellos Gerardo Bra, en un artículo de la revista "Todo es Historia" (número 329, diciembre de 1994) y para su libro "Gardel. La verdad oculta" (Corregidor, 1995).

(7) Una biografía tan voluminosa como la que escribieron los señores Julián y Osvaldo Barsky (Taurus, 2004), en sus casi mil páginas ninguna detalla los pasos de Gardel entre 1905 y 1910. En la página 396, exponen: «Cuando en 1936, al cumplirse un  año del deceso del cantor, Berta decide dar una serie de notas a la revista “La Canción Moderna”, contará, aunque en forma muy confusa, cómo hacia 1904 Gardel partió rumbo a Montevideo, con el pretexto de haber conseguido un trabajo, para volver recién seis años después, tiempo en que ella llegó incluso a creer que había muerto. No queda claro por qué razón Berta difundió esta versión, pues son numerosas las pruebas de que Gardel no realizó ese viaje, o al menos no duró tanto tiempo. Quizá las motivaciones haya que buscarlas en la necesidad de proteger la versión “oficial” que el artista siempre manejó sobre su pasado, o en la vergüenza que podía significar para ella tener que admitir que la relación con su hijo no había sido siempre armoniosa.» 
Los mismos autores en declaraciones al diario Página/12 afirmaron sobre este período: «[Gardel] tergiversaba su pasado, daba datos confusos, diferentes cada vez. O los de su madre, que aseguró que era viuda hasta su muerte, por ejemplo, o que se las arregló para contar de una forma más “decente” que pasó cinco años sin ver a su hijo, cuando en la adolescencia se fue de su casa.»
Según declaración de Armando Defino al matutino “La Mañana”, el 12 de agosto de 1935: «[Gardel] Permaneció hasta los 14 años en Buenos Aires, escapándose del colegio en que estaba recluído a esa edad. Faltó hasta los 19 años y le consta que ese lustro [1905-1910] de su adolescencia lo pasó en Montevideo.» Desde luego, nadie dio crédito a semejante versión. 

(8) Revista Platea, 29 de julio de 1960. El Padre Raúl Entraigas fue paradigma del salesiano consustanciado con su vocación: “civilizar a través de la predicación evangélica”. Los primeros salesianos de la Patagonia, cumplían  su acción apostólica como “misioneros, docentes, civilizadores, protectores y pacificadores” (P. Alberto Dumrauf). Fiel representante de la Patagonia, llevaba sangre Tehuelche por parte de su madre, al punto tal que al ser recibido como Académico en la Academia Nacional de la Historia se dijo de él que “por su “origen”, su vocación, su obra, el Padre Entraigas representa genuinamente a la Patagonia”, según consta en el discurso del doctor Armando Braun Menéndez. Las provincias patagónicas han reconocido sus méritos. Prueba de ello son las bibliotecas, aulas, escuelas y parajes que llevan su nombre. Entre sus obras, cabe mencionar aquí dos: “La azucena de los Andes”, biografía de Laura Vicuña, editada en 1957; y “El mancebo de la tierra”, que narra la vida de Ceferino Namuncurá, publicado en 1971. Como comunicador social, mencionamos también su actuación en el mundo del cine, en calidad de asesor de varias películas nacionales. Escribió también tres poemarios relacionados con Patagonia: "Bajo el símbolo austral" (1939); "Patagonia, región de la aurora" (1958) y "Polvo de tiempo y de tiza" (1961). Sus versos son siempre fáciles, sencillos y sonoros, compuestos, en su mayoría, para celebraciones artístico-culturales de niños y jóvenes, o para diarios y revistas.

(9) La estirpe militar de la familia Fraga es la siguiente:
                Rosendo José María Fraga y Ranchel (1812?—1871), militar argentino del siglo XIX, gobernador de la provincia de Santa Fe. Se inició como oficial de caballería en Buenos Aires. En 1845 fue designado Comandante del Departamento de Gualeguaychú, Entre Ríos. Participó en la Batalla de Caseros. Ascendido a Coronel en 1857. Diputado por la Provincia de Santa Fe. Gobernador de dicha provincia entre 1858-1860. En 1861 es nombrado Jefe del Estado Mayor de las fuerzas nacionales que guarnecían las fronteras sur y norte de Santa Fe. Su hija María Fraga (1852–1933) es una de las fundadoras de la ciudad de Guaminí, al oeste de la Provincia de Buenos Aires (existe un tango que lleva el título "Guaminí" que fue grabado por Gardel en 1925).
                Rosendo María Fraga II (1856—1928), hijo del anterior. Militar argentino del siglo XIX y principios del siglo XX. Tras su paso por el ministerio de Guerra como subsecretario, en 1900 fue nombrado director de la Penitenciaría Nacional, y luego jefe de la Policía Federal Argentina. Fue Ministro de Guerra entre 1906 y 1907, durante la presidencia de José Figueroa Alcorta. 2 En 1919 alcanzó el grado de Teniente Coronel tras 59 años de servicio.
                Rosendo María Fraga III (1911—1977), nieto e hijo respectivamente de los dos citados antes; militar argentino. Director del Colegio Militar, Director de la Escuela Superior de Guerra, Comandante de la 4ª. de Ejército en Córdoba, Subsecretario del Ministerio de Guerra, durante la presidencia del Dr. Arturo Frondizi (1958-1962) 1     
                 Rosendo María Fraga IV (n. 3 agosto 1952), bisnieto, nieto e hijo respectivamente de los citados anteriormente; abogado y periodista argentino, analista político e historiador. Egresado de la Universidad Católica Argentina (UCA) de Buenos Aires. Fue docente en las cátedras de Historia del Derecho y Derecho Laboral en la Facultad de Derecho (UCA), de Derecho Laboral en el Doctorado de Sociología del Trabajo de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y de Historia en el Colegio Militar. Es miembro de número del Instituto de Historia Militar de la Escuela Superior de Guerra, del Consejo Académico de la Escuela de Defensa Nacional y de la Academia Argentina de la Historia. ·Es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría. Es consultor de distintas entidades, entre ellas la Fundación Mediterránea, la Asociación de Bancos Argentinos, el Instituto de Ejecutivos de la Argentina y el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales. (Como historiador publicó en 1995 en el periódico 'La Nación' que  Carlos Gardel  2  estuvo preso en el Presidio Militar de Ushuaia entre 1906-1907.)
(10) Carlos Vairo es el autor de los libros más completos sobre el presidio, publicados en 2 volúmenes, con abundantes datos e imágenes.
 Los Buezas eran oriundos de Cataluña. Abrieron un bar sobre calle San Martín 393, bautizado "Ideal", que hoy sigue funcionando y es el más antiguo de Ushuaia.

(11) Tabaré de Paula. "Carlos Gardel, mártir orillero". Revista "Todo es Historia", número 27, julio de 1969. Blas Matamoro. "Carlos Gardel". Centro Editor de América Latina, 1971. Andrés Amil, hace una cita similar referida a la detención en Ushuaia, sin embargo contiene varias inexactitudes, incluso llega a afirmar que Gardel fue recluido por una muerte en la que se acusó a tres personas ("Andanza de un morocho y argentino, Rey de París", revista "Siete Días", 26 de junio de 1975).

(12) Javier Perpignan. "El peronismo nació en Villa Urquiza", revista El Barrio, Año X, Nº 119, febrero 2009.

(13) Manuel Quintana había llegado a la presidencia en 1904, como representante de la oligarquía estanciera y del Partido de Nacional del presidente Julio A. Roca; eliminó la Ley Electoral para perpetuarse en el poder. La llamada “Revolución Radical” se declaró al año siguiente de manera simultánea en las principales ciudades del país. La participación de organizaciones civiles, políticas y militares, fue muy activa, destacándose en especial las ligas masónicas.

(14) Se llamaba "Probestes" a los Maestros de Gimnasia y Esgrima.

(15) La Federación Obrera Regional Argentina se denominada FORA a partir de su cuarto congreso en agosto de 1904; tuvo una destacada actuación hasta 1930. En 1905 adhirió al comunismo anárquico, adandonando esa adhesión en 1915. La FORA del IX Congreso jugó un papel central en varios hechos históricos del movimiento obrero argentino como la Semana Trágica de 1919, la Patagonia Rebelde en 1921/1922, y las primeras huelgas de los hacheros del quebracho y de los mensúes de la yerba mate en el norte (Robles, 1987).

(16) Por ejemplo, Horacio Tort participaba en la banda de músicos del ejército, según queda revelado por una sentencia de 1910 que dice así:
«3554. Sentencia y Decreto absolviendo de culpa y cargo al músico de Tercera clase A. [Arturo] Berón. En Córdoba a los veinte y dos días de setiembre de mil novecientos diez, reunidos en acuerdo extraordinario el Consejo de Guerra Permanente para ver y fallar esta causa instruida al soldado Arturo Berón, voluntario del l/R. 20, soltero, argentino, de diez y nueve años de edad, acusado de haber cometido el delito de hurto; y actualmente detenido en prisión preventiva rigurosa en el Cuartel del I/R. 13; -- y Resultando: - - l.° Que no está probado que el soldado músico de tercera clase Arturo Berón, del I/R. 20, sustrajese clandestinamente del baúl del ex maestro de Gimnasia y Esgrima D. Horacio Tort, prendas de vestir que éste tenía guardadas en su baúl, que se hallaba atado con una piola debidamente lacrada en el cuarto de Oficiales del I/R. 20, en la Ciudad de Jujuy.
Que no se han producido pruebas suficientes a demostrar la culpabilidad del encausado Arturo Berón en el delito que se le imputa. –– 2º Que en tal caso es de ley pronunciar su absolución de conformidad a lo dispuesto por el artículo 393 del Código de J. Militar. —— Por estas consideraciones y disposición legal citada, –— El Consejo de Guerra Permanente para clases e individuos de tropa del Ejército, para ver y fallar esta causa instruida a Arturo Berón.»

(17) «Este es un dato que pudo corroborarse muy recientemente, gracias a a la participación de los vecinos. Las cuatro actuaciones de Carlos Gardel en el Cine Teatro 25 de Mayo, de Triunvirato 4440. Las históricas presentaciones ocurrieron el 10 y 11 de junio y el 9 y 10 de setiembre de 1933, en el marco de una gira que el Zorzal Criollo hizo por los barrios de Buenos Aires. Sin saberlo, sería la última antes de partir a Europa y luego fallecer trágicamente en Medellín dos años después. Según los historiadores, no se hallaron documentos periodísticos y fotográficos fehacientes que nos permitan echar algo de luz sobre lo sucedido por aquellos días. Sin embargo, y gracias al aporte del vecino Oscar Traviesas, El Barrio logró la prueba que muchos no encontraban: un pequeño anuncio en la cartelera cinematográfica del diario La Nación de las dos presentaciones del mes de septiembre» (Javier Perpignan. "El Morocho de Villurca", revista El Barrio, Año X, Nº 114, septiembre 2008).

(18)«Brecha comenzaba en la unión de las calles Recinto y Maldonado, llegando en su primer trecho hasta Camacuá. Este pedazo muy corto, estoy seguro que estaba libre de prostíbulos e incluso recuerdo que vivían allí muchas familias. Pero el tramo de Camacuá a reconquista era como Yerbal: no había casa en que no estuviera instalado un lenocinio. Creo que esta gente era capaz de poner un prostíbulo en un simple agujero. Aquí también el precio era de cincuenta centésimos pero las menos agraciadas hacían competencia cobrando cuatro reales que en aquel tiempo era una buena rebaja. Por supuesto que luego se exponían a la mofa y al odio de las compañeras de oficio que se burlaban de ellas con frases lapidarias como ésta: "¡Che, vos vas a terminar en Recinto, ocupándote por tinguiñazos!". En la calle Recinto había mujeres de color que aceptaban a un hombre por un rato para sacarle unos pocos centésimos. Jamás intenté averiguar lo que pasaba en esa calle tan miserable» (Ramón Collazo).

(19) José “Cielito” Traverso fue protagonista de un grave hecho de sangre en la noche del 22 de diciembre de 1901, en el almacén “El Tambito”, de Aquiles Giardini, en Av. Sarmiento y Vieytes. Eran los bajos de Palermo, durante las famosas “indiadas” que acostumbraban a cometer los llamados “niños bien” de la sociedad porteña, con el fin de divertirse provocando a los guapos. Según la crónica aparecida en La Prensa del día siguiente, en aquella oportunidad Juan Carlos Argerich (El Vidalita) tuvo un altercado con los músicos, que se negaron a tocar la pieza La Tirana. Argerich les arrojó una copa, cosa que enfureció a “Cielito” que salió en defensa de los músicos. De resultas de la batalla, Argerich quedó herido en el suelo, es internado en el Hospital del Norte y fallece pocos días después. José “Cielito” Traverso fue culpado del homicidio, “crimen en reyerta”, y le dieron cuatro años de prisión (Miguel Eugenio Germino, 2009). Existe un expediente en el juzgado del Crimen de 5º de Montevideo fechado en noviembre de 1906, donde comparece José Traverso, argentino, 33 años, con residencia en el Uruguay desde 1904, comerciante y domiciliado en la calle Colón 217, Montevideo, en la que habita desde comienzos de 1906 con Amanda y Manuela Escayola. Entre los declarantes figura Federico Alario, de Tacuarembó, diciendo saber que la señora Amanda vino a Montevideo (desde Tacuarembó) con Traverso.  "Cielito" es citado por el juez y su firma queda registrada en el expediente.

(20) El facsímil de una carta manuscrita, dirigida por Henri Brune a la investigadora Christianne Bricheteau, fue publicado en el libro de la autora, “Carlos Gardel, fils de Toulouse", Págs. 278 y 279. Sobre el viaje de Paul Lasserre, Henri Brune escribió: «La periplo américaine aurait son commencer par Buenos Ayres, pole attrayant de emigrantes à cette époque, dont Jean me parláis souvent, puis remonter son le nord toujours à la recherche de la fortuna!!!» (La gira americana comenzaría por Buenos Aires, polo atractivo para emigrantes en aquella época, del que Jean me hablaba a menudo, para luego ir hacia el norte [Venezuela] siempre en busca de la fortuna!!!). Henri Brune era sobrino político de Charles Romuald Gardes por vía materna, nacido en 1922 y fallecido en Toulouse en 2001, tuvo oportunidad de conocer y acompañar personalmente al cantor Carlos Gardel, cuando éste visitó Toulouse en 1934. 



Desde ya agradecemos sus comentarios y aportes que puedan hacernos llegar para ahondar sobre este tema o cualquier otro relacionado con la vida y la obra del Máximo Cantor.


Recordar que: 
El mejor premio para este esfuerzo investigativo que llevó muchas horas de trabajo son sus comentarios, sus críticas y aportes. 
Una de las mejores alegrías de publicar en internet es que, a diferencia de un libro, la información expuesta puede ser corregida, aumentada o corroborada por multitud de lectores, de todas partes del mundo, depurando datos, hasta obtener una obra colectiva, con resultados altamente valiosos y duraderos. 

Desde ya muchas gracias a tod@s,

© Marcelo O. Martínez  




Agradecimientos: 
José Puente, Eduardo Cuitiño, Juan Antonio Varese, Martina Iñiguez, Ricardo Ostuni, Raúl Torre, Juan José Fenoglio, Gonzalo Vazquez Gabor, Fernando Pérez Tirado y  Julio Gajardo Vásquez.

Dedicado a la memoria de Ricardo Ostuni.


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Repercusiones en la prensa:



Como en un tango... ¿Gardel preso en el sur argentino?

Como en un tango... ¿Gardel preso en el sur argentino?Marcelo O. Martínez, el autor de esta nota, realiza en ella una síntesis del material publicado en su web www.gardel.es que edita en Madrid...




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Comentarios con Enrique Espina Rawson presidente del C.E.G. (Centro de Estudio Gardelianos)